La democratización de las finanzas ha sido un tema dominante en los últimos años; las empresas luchan por crear condiciones equitativas y ofrecerles a los inversores amateurs las mismas oportunidades de las que disfrutan los fondos de cobertura y los inversores institucionales.
Ha habido algunos éxitos en el camino. Comprar acciones ahora es mucho más fácil que hace unos años. Internet ha contribuido a desmitificar los mercados de renta variable... permitiéndole a cualquiera formarse en el análisis técnico y acceder a la información más reciente. Los costes asociados a la exposición a las acciones también se han reducido.
Una de las empresas que impulsó esto fue Robinhood, llamada así por el personaje del folclore inglés que les robaba a los ricos para dárselo a los pobres. La plataforma se creó con la convicción de que todo el mundo debería tener acceso a los mercados financieros, haciendo que la inversión sea "amigable, accesible y comprensible tanto para los recién llegados como para los expertos".