Tokio, 14 nov (EFE).- La economía japonesa creció a un ritmo anual del 1,9 por ciento entre julio y septiembre de este año, lo que supone su cuarto trimestre consecutivo de crecimiento, informó hoy el Gobierno.
Sin embargo, el retroceso de dos de los pilares de la economía nipona, las exportaciones y el consumo doméstico, han ralentizado casi a la mitad el ritmo de expansión de la tercera economía del mundo con respecto a los datos de principios de 2013.
El producto interno bruto japonés creció entre julio y septiembre un 0,5 por ciento con respecto al trimestre anterior.
Las exportaciones cayeron un 0,6 por ciento y el consumo interno apenas avanzó un 0,1 por ciento, con respecto a abril-junio.
Los datos contrastan con los de la primera mitad del año, cuando el ritmo de crecimiento anual fue de un 4,3 y un 3,8 por ciento en los dos primeros trimestres merced a la caída del yen, que infló los ingresos de los grandes exportadores y disparó la bolsa local, incrementando el gasto de los particulares.
La caída de la demanda de mercancías niponas en el sureste asiático o de coches fabricados en Japón en Estados Unidos ha sido un factor importante en este tercer trimestre, según el Gobierno.
Por su parte, el gasto público volvió a favorecer el avance del PIB durante el periodo julio-septiembre con un crecimiento del 6,5 por ciento intertrimestral.
Esto responde al programa de impulso económico del primer ministro Shinzo Abe (llegado al poder en diciembre de 2012), que además de un importante aumento del gasto público contempla una política monetaria agresiva y un paquete de reformas estructurales.
No obstante, Abe tendrá que buscar la manera de dar un nuevo impulso a sus motores de crecimiento, especialmente a las exportaciones, para alejar definitivamente a Japón del estancamiento económico en el que ha estado sumido dos décadas.
Por otra parte, ofrecieron señales positivas los datos de crecimiento de la inversión corporativa, que subió un 0,2 por ciento con respecto a abril-junio, y de la inmobiliaria, que avanzó un importante 2,7 por ciento intertrimestral. EFE
Sin embargo, el retroceso de dos de los pilares de la economía nipona, las exportaciones y el consumo doméstico, han ralentizado casi a la mitad el ritmo de expansión de la tercera economía del mundo con respecto a los datos de principios de 2013.
El producto interno bruto japonés creció entre julio y septiembre un 0,5 por ciento con respecto al trimestre anterior.
Las exportaciones cayeron un 0,6 por ciento y el consumo interno apenas avanzó un 0,1 por ciento, con respecto a abril-junio.
Los datos contrastan con los de la primera mitad del año, cuando el ritmo de crecimiento anual fue de un 4,3 y un 3,8 por ciento en los dos primeros trimestres merced a la caída del yen, que infló los ingresos de los grandes exportadores y disparó la bolsa local, incrementando el gasto de los particulares.
La caída de la demanda de mercancías niponas en el sureste asiático o de coches fabricados en Japón en Estados Unidos ha sido un factor importante en este tercer trimestre, según el Gobierno.
Por su parte, el gasto público volvió a favorecer el avance del PIB durante el periodo julio-septiembre con un crecimiento del 6,5 por ciento intertrimestral.
Esto responde al programa de impulso económico del primer ministro Shinzo Abe (llegado al poder en diciembre de 2012), que además de un importante aumento del gasto público contempla una política monetaria agresiva y un paquete de reformas estructurales.
No obstante, Abe tendrá que buscar la manera de dar un nuevo impulso a sus motores de crecimiento, especialmente a las exportaciones, para alejar definitivamente a Japón del estancamiento económico en el que ha estado sumido dos décadas.
Por otra parte, ofrecieron señales positivas los datos de crecimiento de la inversión corporativa, que subió un 0,2 por ciento con respecto a abril-junio, y de la inmobiliaria, que avanzó un importante 2,7 por ciento intertrimestral. EFE