Carlos Heras
Santa Cruz de la Sierra, 17 dic (EFE).- El sector agrícola boliviano cree que la decisión del nuevo Gobierno argentino, presidido por Mauricio Macri, de poner fin a las restricciones cambiarias entre su moneda y el dólar y reducir impuestos a las exportaciones agrícolas supondrá riesgos para el mercado de Bolivia.
"Sin duda alguna el cambio argentino va a afectar a Bolivia" advirtió esta semana el presidente de la Cámara Agropecuaria de Oriente (CAO), Julio Roda, durante la presentación de un informe sobre el desempeño del sector.
En el oriente de Bolivia, precisamente, se encuentra la región de Santa Cruz, motor agrario y que acumula gran parte de los cultivos que se dan en el país andino.
Roda lamentó que "los productos argentinos van a inundar el país", disputando el mercado interno a los productos locales, que ya tienen un precio menos competitivo.
Según las medidas anunciadas por el Gobierno argentino esta semana, los impuestos a la exportación de soja pasarán del 35 % al 30 %, en tanto cereales como el trigo, maíz y cebada, entre otros cultivos, quedan exentos de retenciones.
El dirigente agrario boliviano atribuyó en parte esta circunstancia a las fuertes restricciones del Gobierno boliviano al uso de semillas genéticamente modificadas, conocidas como transgénicos, que suponen una ventaja tecnológica para los argentinos que sí las usan.
Actualmente, Bolivia solo permite cultivar transgénicos en una única variedad de soja.
En tanto, el Gobierno mantiene el tipo de cambio del boliviano respecto al dólar estable desde noviembre de 2011 y la moneda boliviana es más cara que la argentina.
El presidente de la boliviana Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Reinaldo Díaz, se sumó a las advertencias sobre la nueva política económica argentina.
"En el caso de que se eliminen las retenciones de los productos agropecuarios de Argentina, por supuesto que va a aumentar la competitividad de casi todos los productos, y más aún si hay una devaluación del tipo de cambio oficial", afirmó.
El Gobierno argentino, presidido desde el pasado 10 de diciembre por Mauricio Macri, oficializó hoy las medidas que ponen fin a las restricciones cambiarias en el país, conocidas como "cepo" al dólar, y, tras ello, este jueves el peso argentino abría con una depreciación de entre un 30 y 45 %.
En ese sentido, el economista y gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, explicó a Efe que "un país que deprecia su moneda se vuelve un país más barato, por tanto favorece a su sector exportador".
Como consecuencia, los productos argentinos entrarán a menores precios a Bolivia y serán más competitivos que los locales.
Asimismo, ese estímulo al sector argentino aumentaría la producción y, como consecuencia, bajaría los precios de los productos, presionando a la baja el mercado boliviano.
"Esta entrada de productos que ya se está dando está quitando mercado interno a los productores agroindustriales del país" apuntó.
Por otra parte, el abaratamiento de la moneda hace que sea más costoso para los argentinos importar productos bolivianos, ya que las transacciones se efectúan en dólares.
A pesar de estos problemas, Rodríguez descartó que Bolivia devalúe su moneda a corto plazo, a pesar de que sería una posible solución.
Las razones son dos, en opinión del economista: el miedo a levantar expectativas inflacionarias en el país y una política de fomento de uso del boliviano que grava el uso de divisas extranjeras.