Montevideo, 18 abr (EFE).- Los presidentes de Uruguay y
Argentina, José Mujica y Cristina Fernández, se reunirán antes de
siete días después del fallo de la Corte de La Haya (CIJ) sobre el
conflicto que ambos países mantienen por la papelera de UPM (ex
Botnia), confirman hoy medios locales.
Según publica la edición digital del diario El País, que cita a
fuentes del Ejecutivo, ambos líderes acordaron reunirse para tratar
el tema en cuanto lo permitan sus agendas, pero siempre antes de una
semana, la cual se contará desde el martes 20, cuando se conocerá el
veredicto del tribunal internacional.
La reunión entre ambos dirigentes ya fue anunciada el pasado
viernes por el canciller uruguayo, Luis Almagro, si bien no se
concretó ni la fecha ni el lugar del encuentro.
La CIJ dará a conocer el fallo por el juicio que inició en 2006
el Gobierno argentino contra el uruguayo tras la instalación en las
costas del Río Uruguay, límite natural entre ambos países, de una
planta de celulosa de la finlandesa Botnia.
Una delegación oficial uruguaya, que tendrá la participación como
invitada de representantes de todos partidos políticos presentes en
el Parlamento, partió el sábado hacia La Haya para estar presente en
la ceremonia, en la que se conocerá el fallo.
La fábrica, que produce y exporta celulosa desde 2007 tras la
inversión de 1.800 millones de dólares en su construcción, la mayor
suma individual en la historia de Uruguay, está ubicada en la
periferia de la ciudad de Fray Bentos y frente a las costas de la
ciudad argentina de Gualeguaychú.
Las autoridades argentinas rechazan la planta con el argumento de
que causa daños al medio ambiente de la zona.
El movimiento civil Asamblea Ambiental de Gualeguaychú bloquea
desde noviembre de 2006 el puente internacional General San Martín,
sobre el río Uruguay, el más importante entre ambos países, en señal
de protesta por la instalación de Botnia.
El enfrentamiento derivó en la peor crisis bilateral en décadas,
que estalló durante los Gobiernos de Tabaré Vázquez en Uruguay y de
Néstor Kirchner en Argentina. EFE