Adriana Flores
Atenas, 9 dic (EFE).- El gobierno de Grecia se ha lanzado a una
carrera contrarreloj para restablecer la confianza de los mercados
internacionales tras ser reducida la calificación de su deuda
pública, desplomarse la Bolsa de Atenas y sonar las alarmas en los
mercados financieros y en toda la zona del euro.
"O acabamos con la deuda, o la deuda acaba con nosotros",
reconoció hoy el jefe del Gobierno griego, el socialista Giorgos
Papandreu, en declaraciones hechas durante una reunión del Consejo
de Ministros transmitida por la televisión nacional.
"El callejón sin salida fiscal de Grecia amenaza a nuestra
soberanía nacional por primera vez desde 1974 (cuando se restauró la
democracia en Grecia tras siete años de Junta)", añadió.
Por su parte, el titular de Economía, Giorgos Papaconstatinos,
prometió hoy "hacer todo lo posible para recuperar la confianza con
medidas determinadas para reducir el déficit y controlar la deuda
pública que alcanza el 113% del Producto Interior Bruto (PIB)".
Destacó que para este año prevé un déficit del 12% del PIB.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Andreas Loverdos, reconoció
hoy que el desempleo podría alcanzar el 18% de la población activa.
Entre las medidas destinadas a salvar la economía griega, el
ejecutivo socialista anunció la reducción en un 10% de los gastos
públicos, congelar las nuevas contrataciones en el sector público en
2010 y reducir los contratos en 2011, así como inyectar unos 600
millones de euros para frenar el creciente desempleo.
Ha prometido políticas fiscales más duras para aumentar los
ingresos del Estado y un sistema fiscal de mayor justicia social.
Por su parte, el sindicato mayoritario de trabajadores del sector
privado, Gsee, se ha comprometido a mantener "la paz social" hasta
el próximo enero, cuando el Gobierno presente ante el Parlamento el
Programa de Estabilidad y Desarrollo, que a continuación debe de ser
aprobado por Bruselas.
Con estos anuncios, Grecia ha reaccionado a la impactante
reducción de la credibilidad crediticia anunciada ayer por la
agencia Fitch, que rebajó el "rating" de la deuda soberana de Grecia
de "A-" a "BBB+", así como la calificación de los principales bancos
helenos, lo que ha causado un shock en los mercados financieros.
Es la primera vez en una década que la economía helena queda
calificada por debajo de A, lo que muestra a Grecia como el más
débil de los 16 socios de la zona euro.
La noticia despierta el temor a que la deuda griega, que también
fue puesta en vigilancia negativa el lunes por la agencia Standard &
Poor's, pierda la posibilidad de ser tomada como garantía, y afecte
además a otros países en un efecto dominó.
Según el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios,
Joaquín Almunia, la difícil situación de la economía griega debe ser
motivo de preocupación para toda la zona del euro, mientras que el
presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha instado a Atenas a una
estricta disciplina presupuestaria.
El presidente del Bundesbank (banco central de Alemania), Axel
Weber, dijo hoy en Fráncfort que Grecia debe reducir su elevado
endeudamiento.
"Los responsables griegos tienen que tomar medidas de
consolidación, no hay otra alternativa", insistió Weber.
Las bolsas mundiales reaccionaron con caídas generalizadas ayer,
y la de Atenas cerró con un desplome del más del 6%, con las mayores
pérdidas en el sector bancario, y abrió también hoy a la baja.
Este miércoles, el Gobierno griego recordó que la economía del
país se encuentra en recesión después de muchos años y la deuda
fiscal está fuera de órbita con problemas estructurales enormes.
El ejecutivo que subió al poder después de las elecciones de
octubre pasado achacó al gabinete conservador anterior parte del
desastre por haber proporcionado información errónea a la Unión
Europea (UE) sobre la economía del país.
"Efectivamente, Grecia atraviesa dificultades pero también hay de
por medio intereses de oportunistas, representantes de los bancos,
de las bolsas y de los neoliberales", dijo a Efe en Atenas el
portavoz del sindicato del sector privado Gsee, Stathis Anestis.
Precisó que el sindicato apoyará las medidas del gobierno pero no
aceptará que los trabajadores paguen las consecuencias.
Nikos Yianetos, vicepresidente de la Cámara de Comercio de
Atenas, consideró, en declaraciones a Efe, que en los primeros pasos
el gobierno cuenta con el apoyo social debido a sus promesas de
terminar con la corrupción. EFE