Río de Janeiro, 18 feb (EFE).- El director de Política Monetaria del Banco Central de Brasil, Aldo Luiz Mendes, afirmó hoy que el organismo emisor no tiene previsto reducir a corto plazo los actuales tipos de interés, que están en su mayor nivel en muchos años como arma para combatir la creciente inflación del país.
"Los mecanismos de inercia inflacionaria que operan en nuestra economía no dejan espacio para una flexibilización de las condiciones monetarias", dijo Mendes, en declaraciones recogidas por la estatal Agencia Brasil, durante la celebración de un encuentro con inversores extranjeros que tuvo lugar este jueves en Sao Paulo.
En la última reunión del Comité de Política Monetaria (Copom), el pasado enero, el Banco Central optó por mantener la tasa Selic, considerada la referencia de los tipos en Brasil, en el 14,25 % anual, porcentaje en el que se mantiene desde julio de 2015.
El Banco Central considera esta tasa como su mejor herramienta para mantener la inflación bajo control.
Las últimas previsiones de este organismo, divulgadas el pasado lunes, señalan que este año la inflación en el gigante suramericano llegará al 7,61 %, muy por encima del objetivo marcado por el Gobierno, que es del 4,5 %, con un margen de tolerancia de hasta 2 puntos porcentuales.
Sin embargo, la decisión del Banco Central de mantener los tipos de interés es contraria a la voluntad de numerosos representantes de los partidos oficialistas que consideran que una rebaja podría ayudar al Ejecutivo a lidiar mejor con el actual escenario de recesión que atraviesa el país.
Brasil cerró 2015 con una inflación del 10,67 %, de acuerdo a datos oficiales, mientras que su economía se contrajo un 3,71 %, según los previsiones de los analistas consultados semanalmente por el propio Banco Central, lo que supone el peor resultado en los últimos 25 años.
Ante esta situación, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's volvió a rebajar el miércoles la nota para el crédito soberano de Brasil de "BB+" a "BB", que mantuvo con perspectiva negativa dos meses después de que el país perdiera su grado de inversión.