Lisboa, 23 dic (EFE).- El Gobierno portugués aprobó hoy en consejo de ministros una subida del salario mínimo del 5 % que entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero, medida que supone un aumento de 350 euros al año.
El nuevo Ejecutivo luso, de signo socialista y que tomó posesión hace menos de un mes, adoptó esta medida antes de ser consensuada con patronal y sindicatos, que no obstante se reunieron esta misma semana para acercar posturas.
De esta forma, el salario mínimo nacional pasa de los actuales 505 euros a 530 euros, una cifra que aún así sigue por significativamente por debajo de la mayoría de países europeos.
A nivel comunitario, esta cifra se calcula en base a doce meses -y no a catorce, como en Portugal-, por lo que el sueldo mínimo en suelo luso se situaría desde esta óptica en 618 euros por mes y 7.420 por año.
Según datos del Eurostat -ajustados al poder de compra de cada país-, Portugal era hasta ahora el décimo país de la UE y el quinto de la zona euro con un salario mínimo más bajo.
"Esta medida está en línea con el programa de Gobierno, que defiende que la recuperación económica con un fuerte estímulo del empleo no puede prescindir de una dimensión de recuperación del rendimiento de las familias, sobre todo de las que se encuentran en la base", reza el comunicado enviado por el Ejecutivo.
De acuerdo con las cifras oficiales, la subida del sueldo mínimo beneficiará a cerca de 650.000 trabajadores.
La actualización de este salario "no contó con la oposición de ningún agente social", según el Gobierno, que se limitó a precisar que no hubo hasta ahora "un acuerdo formal" entre patronal y sindicatos por "la falta de un consenso total en torno a otras propuestas que constaban del acuerdo".
El ministro de Trabajo y Solidaridad, José António Vieira da Silva, consideró que esta subida no producirá más desempleo, como alertaban quienes se oponen a este tipo de medidas, y recalcó que es "un punto casi unánime en la sociedad portuguesa" que el sueldo mínimo se encontraba en un valor demasiado bajo después de haber estado congelado durante varios años por la crisis.
Desde la oposición conservadora, su líder, Pedro Passos Coelho, consideró "negativo" este aumento y advirtió de que "no es por casualidad que no hubo un acuerdo en concertación social" sobre este asunto.
"Los agentes sociales tienen dudas fundadas sobre los efectos que una decisión de este tipo tiene sobre la economía (...) Es un mal indicio que el Gobierno decida imponer a la economía costes añadidos que puede no tener capacidad de digerir", argumentó Passos Coelho, quien fue primer ministro durante la anterior legislatura.
Además de censurar que los socialistas no hayan esperado a un consenso con patronal y sindicatos, también recordó que el salario mínimo nacional "está muy cerca del salario medio" que es pagado en Portugal, lo que puede derivar en que "muchas empresas tengan mayores costes y tengan dificultades, por lo que podrían dejar de contratar".