Lisboa, 24 dic (EFE).- El presidente del Banco Internacional de Funchal (Banif (LS:BANIF)), Jorge tomé, calificó de "desastrosa" la solución encontrada ante el riesgo de quiebra de la entidad y expresó sus dudas sobre las contrapartidas recibidas por el Santander (MC:SAN).
En declaraciones a la televisión lusa "SIC", divulgadas hoy por su canal de información 24 horas, Tomé criticó la forma cómo fue acometida la operación, diseñada por el Banco de Portugal y el Gobierno luso y con el beneplácito de las autoridades europeas.
El presidente de la entidad recordó que la idea inicial era vender el 60 % en manos del Estado, pero al final se optó por una liquidación de la firma y su división en tres partes: una "saludable" vendida al Santander, una "problemática" agrupada en un vehículo de gestión de activos creada exprofeso y un pequeño porcentaje que se mantiene en Banif.
Tomé cuestionó el "voluminoso" valor recibido por el grupo español a cambio de comprar Banif, ya que el Estado acordó concederle en torno a 2.000 millones de euros en concepto de garantías y para "contingencias futuras".
Interrogado sobre si hubo un trato de favor al Santander, Tomé señaló que la operación se produjo "en un contexto un poco extraño", ya que la solución final "es muy diferente a la propuesta" realizada por el banco español inicialmente, cuando la idea era vender apenas el 60 % de las acciones.
De hecho, recalcó que el diseño de la operación supuso también "una devaluación" del banco, que acabó siendo vendido por apenas 150 millones de euros.
Una vez decidido que iban a separarse activos tóxicos y saludables, el Santander "hizo su trabajo de presión y escogió los mejores activos (...) y al precio que quiso", en opinión de Tomé.
El presidente de Banif criticó la actuación del gobernador del banco central luso, Carlos Costa, por no informarle de la evolución de las conversaciones con los interesados en adquirir la entidad.
Asimismo, incidió en que la solución encontrada defiende los intereses de los depositantes -a partir del 1 de enero, a partir de 100.000 euros también responden ante la quiebra de un banco por un cambio normativo a nivel de la UE-, pero no el de los accionistas.
De hecho, anticipó que propietarios de obligaciones del Banif -por valor de unos 256 millones de euros- que habrán perdido su inversión presentarán probablemente denuncia por lo ocurrido.
Tomé calculó que más de 600 empleados pueden quedarse sin trabajo en un futuro cercano y subrayó que las cuentas del banco están auditadas y no existen irregularidades ni desvíos.