San Juan, 18 dic (EFE).- El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, lamentó que el acuerdo presupuestario de EE.UU. logrado hoy en Washington para el año fiscal 2016 ignore a Puerto Rico y no incluya un disposición que le permita acogerse a la Ley de Quiebras, algo que no tendría coste alguno para las arcas públicas.
"Pese a ser plenamente consciente y estar advertido de la crisis fiscal y económica de Puerto Rico, el Congreso ha decidido hoy no asistir a los 3,5 millones de ciudadanos americanos de Puerto Rico", defendió el gobernador en un comunicado haciendo referencia al hecho de que los puertorriqueños tienen la ciudadanía estadounidense.
En este sentido, explicó que con el acuerdo alcanzado el Congreso niega a este Estado Libre Asociado a EE.UU. "un marco legal para cumplir con sus acreedores ante un tribunal federal para reestructurar sus deudas de una manera ordenada".
Puerto Rico lleva casi una década sumida en una recesión económica y acumula una deuda de más de 72.000 millones de dólares que se ha vuelto impagable, hasta el punto de que previsiblemente el 1 de enero dejará de pagar sus vencimientos para evitar así tener que dejar de prestar servicios básicos esenciales a la ciudadanía.
Según recordó García Padilla, ese marco legal que reclamaba sí le está permitido al resto de los Estados de EE.UU., y también lo estaba para Puerto Rico hasta 1984, cuando un cambio legislativo excluyó "sin ninguna explicación" a la isla de los territorios que pueden acogerse a la protección de la Ley federal de Quiebras.
"Dicho marco habría dado al pueblo de Puerto Rico y a sus acreedores, la protección de un proceso justo y controlado judicialmente", lamentó el gobernador, que lleva meses tratando de recabar apoyos para que se incluyera a la isla en la citada ley.
Sin embargo, con el acuerdo alcanzado hoy en Washington, advirtió García Padilla, "esta crisis fiscal se convertirá pronto en una crisis humanitaria bajo la bandera de EE.UU. y el Estado Libre Asociado se verá arrastrado a un litigio judicial costoso y de grandes proporciones que le impedirá la prestación de servicios esenciales a sus ciudadanos".
Al gobernador, que en los últimos meses se ha desgastado enormemente tratando de lograr el apoyo de Washington para evitar impagos en la deuda y despidos entre los funcionarios públicos, le frustra particularmente el hecho de que la inclusión de Puerto Rico en la Ley federal de Quiebras "no cuesta nada a los contribuyentes estadounidenses".
"Al no actuar ahora el Congreso ha elegido que Puerto Rico no pague sus obligaciones y se adentre en el caos", defendió el gobernador, quien esta misma semana anunció que no buscaría la reelección para evitar que la campaña electoral le restara tiempo para trabajar en la búsqueda de soluciones a la crisis de liquidez que sufre la isla.
En su opinión, la actitud del Congreso ante Puerto Rico depuesta que Wall Street controla el ámbito parlamentario estadounidense.
"Wall Street controla el Congreso", aseguró el mandatario, quien sin embargo, indicó que esa victoria de los fondos de inversión es solo temporal y que a la larga "el sentido común, el debido proceso y la justicia prevalecerán".
Tras semanas de negociaciones, el Congreso de EE.UU. aprobó hoy un acuerdo presupuestario para dotar de fondos al Gobierno Federal durante el año fiscal 2016, un texto que incluye fondos valorados en 1,15 billones de dólares para los próximos diez meses.
Entre otras cosas, el texto prevé el levantamiento de la prohibición de exportaciones de petróleo, demanda de los republicanos desde hace tiempo, mientras que los demócratas consiguieron incluir estímulos para el fomento de energías limpias y la reducción de costes de los seguros médicos.