Marta Salguero
Zaragoza, 21 sep (.).- El analista político, representante de la Comisión Europea en España, Jochen Müller, considera que parte de los recelos al TTIP son provocados por "mitos" que se han perpetuado en el tiempo y que no se sostienen con los textos jurídicos que ahora están sobre la mesa de las negociaciones.
Por este motivo y ante el rechazo que levanta el Tratado de Libre Comercio entre Europa y Estados Unidos (TTIP) en algunos sectores de la sociedad, Jochen Müller ha viajado por distintas ciudades españolas, entre ellas Zaragoza, para intentar desterrar esos mitos.
Tomando como base un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, coordinado por el Instituto de Estudios Económicos, sostiene que con un TTIP "ambicioso", el PIB crecería un 2,94 % en cinco años; se crearían 330.000 puestos de trabajo en el mismo periodo de tiempo y los salarios subirían un 0,72 % al año.
Sin embargo, a pesar de estos datos, reconoce, en una entrevista con EFE, que el TTIP no ha sido bien acogido por parte de la sociedad civil en algunos países miembros, a diferencia de lo que ha ocurrido con otros acuerdos comerciales firmados con Corea del Sur o Colombia.
¿Por qué es diferente en esta ocasión?, se pregunta a raíz de las movilizaciones producidas en Alemania, Austria y Bruselas en la última semana.
A su juicio, la diferencia está en que es un convenio "ambicioso", que va más allá de retirar los aranceles, y en que, en esta ocasión, se firma con Estados Unidos, un socio grande que de por sí "levanta sospechas a algunas ideologías".
Las manifestaciones en la calle contra el TTIP "no son nuevas", han sido frecuentes desde que hace tres años comenzaran las negociaciones, ha apuntado.
Son protestas que reflejan "preocupaciones existentes" que la Comisión Europea conoce "muy bien", porque no está "aislada en una torre de marfil", sino en contacto permanente con la sociedad.
Entre los "mitos" señalados por Müller está la "falsedad" de que el TTIP va a abrir la puerta al "fracking" o la creencia de que se van a privatizar la sanidad, educación o el agua.
"La UE no puede negociar sobre estos asuntos, están excluidos de cualquier negociación comercial; como no se nos cree lo que hemos hecho es una declaración de que los servicios públicos no forman parte de las negociaciones", ha dicho.
Además, ha insistido en que, en ningún momento, el TTIP va a "sacrificar" el principio de precaución, que obliga a probar la seguridad de un producto antes de comercializarlo; y ha negado también por ejemplo que el TTIP vaya en contra de las Denominaciones de Origen, porque se trabaja para que sean reconocidas en Estados Unidos.
Asimismo, explica que "por ejemplo, el pollo tratado con cloro está prohibido hoy y seguirá después de la firma del TTIP porque no está permitido por la ley europea. Si Estados Unidos quiere vender su carne en el futuro, muy bien, pero tiene que acatar las leyes europeas", ha señalado.
En definitiva, el TTIP busca reducir los obstáculos, evitar las dobles inspecciones y eliminar las trabas administrativas, en los puntos en los que ambos países se pongan de acuerdo y reconozcan sus estudios.
Todo esto, ha añadido, beneficiará la base exportadora de las pymes españolas, ahora en niveles bajos, ya que ahora sólo exportan 90.000 empresas de 1,5 millones de pymes que hay en España.
Por último, Müller ha reconocido que la transparencia en torno al TTIP no ha sido siempre la esperada por la sociedad y ha entonado un "mea culpa" de la Comisión Europea, que ha cambiado ahora la forma de hacer las cosas.
Desde hace más de un año, la transparencia es "máxima", ya que se publican en internet todas las propuestas jurídicas que se hacen a Estados Unidos para que sean accesibles a todo el público.
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