La incertidumbre política va a seguir impulsando la volatilidad de los mercados en Europa ante el sorprendente resultado de las elecciones francesas del domingo. La coalición derechista Nuevo Frente Popular es la fuerza más votada y ha derrotado a la ultraderechista Agrupación Nacional que queda en tercer lugar.
El NFP obtiene 182 escaños, mientras que el partido centrista de Emmanuel Macron se asegura el segundo puesto con 168 escaños. La extrema derecha de Marine Le Pen y Jordan Bardella, obtuvo 143 escaños. El primer ministro, Gabriel Attal, ha presentado su dimisión al presidente Macron.
La división de poderes políticos arrojará cada vez más incertidumbres sobre políticas críticas, especialmente en materia de finanzas públicas.
El euro oscila en medio de la incertidumbre política
El euro se debilitó significativamente frente a otras monedas del G-10 a principios de junio, cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, convocó elecciones anticipadas después de que la líder del partido de extrema derecha, Marine Le Pen, le derrotara en las elecciones al Parlamento de la Unión Europea.La moneda única llegó a caer un 2% frente al dólar estadounidense, hasta 1,0664, en la segunda quincena de junio. El par repuntó con fuerza hasta situarse por encima de 1,08 la semana pasada, después de que la primera vuelta de las elecciones francesas mostró que el partido de extrema derecha de Le Pen no logró la mayoría absoluta en el Parlamento.
El euro llegó a caer un 2% frente al dólar estadounidense, hasta 1,0664, en la segunda quincena de junio
Sin embargo, el resultado del domingo volvió a presionar al euro, con el tipo de cambio entre el euro y el billete verde abriendo inicialmente a la baja en 1,08 antes de un rápido rebote hasta 1,0823 a las 2:30 am CEST.
El movimiento resistente del euro puede sugerir que los inversores están menos preocupados por un gobierno liderado por la izquierda que por un partido gobernante de extrema derecha. El futuro de Francia dependerá de que los partidos de izquierdas, incluidos socialistas, verdes y la izquierda radical de Francia Insumisa, se mantengan unidos.
Preocupación por las finanzas públicas francesas
Uno de los líderes de la izquierda, Jean-Luc Melenchon, abogó por que la alianza gobierne el país y rechace cualquier negociación con otros partidos. El manifiesto de la alianza consiste en aumentar el gasto público, bajar la edad de jubilación, subir el salario mínimo y poner un tope a los precios de los alimentos y la energía, lo que puede conducir a un mayor déficit público.Esto empeorará aún más las finanzas de Francia, pues su déficit -el 5,5% de la producción económica- ya está muy por encima del umbral del 3% fijado por la Unión Europea (UE) para 2023.
La UE sometió al país a un "procedimiento de déficit excesivo" en junio, cuando las elecciones francesas proyectaron una posición perdedora para el partido centrista liberal del presidente Macron. Francia tiene que reducir sus déficits en un 0,5% anual bajo las nuevas reglas, aunque no hay recomendaciones explícitas sobre cómo los países deben reducir el déficit hasta que una nueva comisión asuma el cargo en noviembre.
Los mercados franceses pueden prepararse para las turbulencias políticas
Los mercados bursátiles europeos experimentaron un fuerte repunte tras la fuerte caída de la semana pasada después de la primera vuelta de las elecciones francesas, ya que era poco probable que el partido de extrema derecha de Le Pen obtuviera un poder monopolístico.La prima de riesgo de la deuda francesa, medida por el rendimiento de la deuda pública a diez años, retrocedió el viernes hasta el 3,21%, tras alcanzar a principios de semana un máximo de ocho meses del 3,37%.
Los planes de gasto de la izquierda siguen siendo una amenaza para la estabilidad financiera del país
Mientras tanto, los sectores más afectados, como los valores bancarios y las acciones de energía verde, experimentaron el repunte más pronunciado. El índice de referencia francés, el CAC 40, repuntó un 2,7% desde su nivel más bajo de junio.
Los inversores pueden sentirse aliviados de que el partido de extrema derecha tenga ahora menos posibilidades de influir en las políticas de Gobierno, aunque los planes de gasto de la izquierda siguen siendo una amenaza para la estabilidad financiera del país.
Sin embargo, un gobierno en desacuerdo podría ser el mejor resultado para el sentimiento del mercado, ya que ni la coalición de extrema derecha ni la de izquierda pueden transmitir fácilmente sus elevados planes de gasto.