Bruselas, 23 mar (.).- Los jefes de Estado y de Gobierno de los veintisiete países que permanecerán en la Unión Europea (UE) tras la salida del Reino Unido aprobaron hoy las primeras directrices para negociar el marco de la futura relación entre Londres y Bruselas una vez que se materialice el "brexit".
Preben Aamann, portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, informó en twitter del fin de las discusiones sobre comercio y aseguró que los Veintisiete han dado luz verde a las directrices sobre "las futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido tras el 'brexit'".
Esas pautas recalcan la disposición de los jefes de Estado y de Gobierno del club comunitario a iniciar el trabajo sobre un acuerdo de libre comercio "equilibrado, ambicioso y de amplio alcance, en la medida en que haya garantías suficientes" sobre la igualdad de condiciones.
Asimismo, precisan que ese tratado se finalizará cuando el Reino Unido no sea ya un Estado miembro de la Unión y subrayan que el pacto comercial no puede ofrecer los mismos beneficios que la pertenencia a la UE ni puede equivaler a la participación en el mercado único o en partes de él.
Según las directrices, el acuerdo debería contemplar el comercio de bienes en todos los sectores y mantener la ausencia de aranceles y restricciones cuantitativas "con las correspondientes normas de origen".
Además, afirman que el actual acceso a las aguas y recursos pesqueros se debe mantener y piden una cooperación aduanera "adecuada".
También consideran que el pacto tendrá que incluir medidas sanitarias y fitosanitarias y un marco para la "cooperación regulatoria voluntaria".
Igualmente, abordará el comercio de servicios, así como el acceso a los mercados de contratación pública, las inversiones y la protección de los derechos de propiedad intelectual, incluidas las indicaciones de procedencia geográfica.
Los mandatarios reiteran en esas directrices su determinación a tener una asociación "tan cercana como sea posible" con el Reino Unido en el futuro y expresan su deseo de que cubra áreas adicionales al comercio y la economía, sobre todo, la lucha contra el terrorismo y el crimen internacional, la seguridad, la Defensa y la Política Exterior.
Hacen referencia, además, a ámbitos como el cambio climático, el desarrollo sostenible y la contaminación transfronteriza.
Al mismo tiempo, el Consejo Europeo "debe tener en cuenta las posiciones repetidamente declaradas del Reino Unido, que limitan la profundidad de semejante futura asociación".
Londres ha asegurado que no desea permanecer en el mercado único ni la unión aduanera cuando abandone el club comunitario, lo cual "de forma inevitable conducirá a fricciones en el comercio", constatan las pautas negociadoras, las cuales advierten de que esas medidas tendrán "consecuencias económicas negativas, en particular, en el Reino Unido".
En cualquier caso, reconocen que si las posiciones británicas evolucionaran, la Unión Europea estaría dispuesta a incluir modificaciones en las directrices.
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