Washington, 25 mar (.).- El secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, aseguró hoy que el presidente estadounidense, Donald Trump, no tiene miedo a una posible guerra comercial con China, después de la entrada en vigor este viernes de los polémicos aranceles a las importaciones de acero y aluminio en EE.UU.
"Vamos a proceder con nuestras tarifas. Como dijo el presidente Trump, no tememos una guerra comercial, pero ese no es nuestro objetivo", indicó Mnuchin en declaraciones a la cadena estadounidense Fox.
A pesar de las advertencias tanto a nivel nacional como internacional, Trump decidió imponer gravámenes del 25 % a las importaciones de acero y del 10 % a las de aluminio con el objetivo de proteger la industria doméstica.
La intención del Gobierno de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones procedentes de China por valor de 60.000 millones de dólares provocó la amenaza de Pekín de hacer lo propio con las estadounidenses por una cuantía, en principio, de 3.000 millones de dólares.
El titular del Tesoro estadounidense dijo que Estados Unidos seguiría adelante con los aranceles al acero y al aluminio, aunque reconoció que las medidas contra China "estaban sujetas a negociación".
"Estamos procediendo con estos aranceles a menos que tengamos un acuerdo aceptable y que el presidente dé su aprobación", agregó Mnuchin.
Hasta ahora, Trump ha decidido dejar fuera de las medidas comerciales a sus socios norteamericanos -Canadá y México-, así como a los países de la Unión Europea (UE), a Australia, Corea del Sur, Brasil y Argentina.
Por otro lado, Mnuchin señaló que no espera ver un gran impacto en la economía después de la entrada en vigor de las controvertidas tarifas proteccionistas.
"No espero ver un gran impacto en la economía. Pero nuevamente, creo que lo que estamos haciendo es, a largo plazo, muy bueno para la economía", indicó Mnuchin.
A pesar de este comentario, la amenaza de una guerra comercial entre Estados Unidos y China desató el viernes el temor en los mercados en todo el mundo, aunque las bolsas europeas y Wall Street resistieron mejor el envite que las asiáticas y cerraron con pérdidas no superiores al 2 %.
Por su parte, el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, registró una pérdida semanal de más de 1,400 puntos, es decir, de un 5,7 %, y se situó a la altura de noviembre de 2017.