Adriana Flores Bórquez
Atenas, 3 jun (EFE).- Tras un mes de difíciles negociaciones, al final llegó cierto alivio. El Gobierno griego informó hoy de que recibió el visto bueno de la UE y el FMI a las nuevas medidas de austeridad y privatizaciones para reducir el déficit y desbloquear la llegada de nuevas ayudas.
"Se han completado con éxito las negociaciones con los representantes de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)", informó el Ministerio de Finanzas griego.
La misión que visita Atenas ha constado que se ha hecho lo necesario para recibir el quinto tramo del crédito internacional de 110.000 millones de euros, por valor de 12.000 millones, y permite a Grecia alejarse del peligro de la suspensión de pagos a corto plazo.
Esos 12.000 millones, necesarios para que el Estado pueda seguir funcionando, llegarán "muy probablemente, a comienzos de julio", según los expertos internacionales.
"La sensación en los mercados financieros es que Grecia ha ganado tiempo, pero que no se vislumbra aún una solución a largo plazo para el problema presupuestario heleno", dijo a Efe un analista económico que pidió no ser identificado.
La Bolsa de Atenas cerró la última sesión de la semana con una subida del 4,42 % ante la expectativa de una pronta llegada de nuevas ayudas, e incluso, que se haya abierto la puerta a un "segundo rescate" de Grecia por valor de unos 60.000 millones de euros para el periodo 2012 y 2013.
El gobierno griego desveló lo esencial de las nuevas medidas de austeridad a finales de mayo, con recortes de 6.400 millones de euros para 2011 y de 22.000 millones de 2012 a 2015.
Según fuentes gubernamentales, hacia mediados de la próxima semana el Consejo de Ministros deberá aprobar el paquete de medidas, mientras que se espera que el Parlamento lo vote antes de una reunión del Eurogrupo prevista para el día 20.
Entre las medidas que han recibido el visto bueno de la misión se encuentran más recortes en los salarios de los funcionarios y pensiones, así como subidas de impuestos.
A ello se une un ambicioso programa de privatizaciones para recaudar 50.000 millones, que afectará a trenes, puertos, aeropuertos, bancos, loterías, eléctricas y autopistas.
Precisamente, los expertos de la UE y el FMI pidieron que se aceleraran las privatizaciones y que se ahondase en las reformas estructurales, aunque reconocieron que se ha avanzado mucho en el último año.
También afirmaron que Atenas creará una agencia independiente para manejar el proceso de venta de los activos estatales.
Atenas cierra así una semana en la que se ha visto acorralada entre el escepticismo de los mercados a sus planes de saneamiento y la creciente respuesta interna a los mismos.
La agencia Moody's rebajó el miércoles en tres escalones la calificación de la deuda griega ante el aumento del riesgo de impago, y ha degradado la nota de ocho bancos helenos.
En la calle y después de un año de apretarse el cinturón, se ha recibido muy mal el horizonte de nuevas y dolorosas medidas de ahorro.
De hecho, hoy las negociaciones entre Atenas y los inspectores internacionales tuvieron que celebrarse fuera del Ministerio de Finanzas porque éste fue ocupado por manifestantes que se oponen a los recortes.
Incluso dentro del propio partido socialista del primer ministro, Yorgos Papandréu, son cada vez más las voces que cuestionan las políticas de ajuste a cualquier precio.
Ya son 16 el número de diputados, de los 156 de la formación, que de alguna manera lo han cuestionado. Para aprobar el plan de austeridad se necesitarán al menos 151 votos y ya no resulta tan seguro que todos los legisladores acaten la disciplina de partido.
Papandréu declaró hace una semana que seguirá adelante con el nuevo acuerdo "aunque sea solo" y que no anticipará las elecciones legislativas, pero se verá obligado a hacerlo si pierde el apoyo de sus correligionarios.
El objetivo del nuevo acuerdo con la UE y el FMI es reducir el actual déficit, del 10,5 por ciento del PIB, al 3 por ciento dentro de tres años.EFE