Madrid, 25 mar (.).- El Banco de España ve necesaria una acción coordinada y solidaria a escala europea para contener el coste del coronavirus, que incluya la eventual movilización de los 500.000 millones de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEDE), la emisión de eurobonos y el fondo de desempleo europeo.
En su informe trimestral de la economía, la entidad pide a las autoridades europeas que no dejen atrás a los países con menor margen presupuestario a la hora de afrontar esta crisis global, que será muy pronunciada a corto plazo y cuya intensidad y duración dependerá "crucialmente" de las medidas de política económica que se pongan en marcha.
"Esta crisis requiere una acción coordinada y solidaria que haga uso de las herramientas presupuestarias y financieras ya existentes a escala europea —incluida la eventual movilización de los recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, por un volumen potencial del orden de 500 mil millones de euros—", dice el informe.
"Pero que además considere la posibilidad de introducir elementos de compartición (mutualización) de riesgos presupuestarios, a través de instrumentos de deuda con respaldo común y del despliegue de instrumentos de cobertura económica y social mancomunados, como pueda ser un fondo de desempleo europeo", añade.
En el informe, que en circunstancias normales debería haber incluido proyecciones macroeconómicas a medio plazo y un adelanto de la evolución del PIB de España en el primer trimestre, se explica que todavía no hay indicadores que permitan medir con un mínimo de rigor la magnitud de la crisis sobre la actividad y el empleo.
Describe que la declaración del estado de alarma en España ha supuesto una limitación drástica de los movimientos de las personas y la suspensión casi completa de la actividad de algunas ramas de los servicios, como la hostelería o el comercio minorista.
También ha cesado la producción en algunas ramas manufactureras, como la industria automovilística, a causa del parón de la demanda y de la interrupción de las cadenas de suministro.
Las consecuencias dependerán del grado efectivo de caída de la producción y del consumo durante el período de confinamiento de la población, a lo que suma la incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria y la efectividad de las medidas puestas en marcha por las distintas autoridades económicas, cuestiones sobre las que "no se cuenta con experiencia histórica comparable".
La entidad cree que debería ser una "perturbación transitoria", pero advierte de que, aun siendo temporal, la crisis podría generar "daños duraderos sobre el tejido empresarial, la confianza de los agentes y el empleo".
Señala que el impacto en el mercado laboral probablemente está siendo muy significativo y dice que la información disponible apunta a que las empresas están haciendo un uso intensivo de los expedientes de regulación de empleo (ERE) de reducción de jornada y de suspensión temporal.
Asimismo, considera que la crisis previsiblemente conllevará un aumento del riesgo percibido a nivel general y unas condiciones de financiación del sector privado menos favorables y podría tener también efectos negativos sobre la oferta de crédito, que las distintas autoridades económicas están tratando de contener.