Bruselas, 15 jun (.).- Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (el Eurogrupo) abordarán mañana la situación económica con la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, después de que la institución decidiese en una reunión de emergencia tomar medidas para frenar la subida de los intereses de la deuda soberana de los países periféricos.
La inesperada actuación del emisor añade interés a un debate que tiene la guerra de Ucrania como telón de fondo y ya estaba en la agenda del encuentro que mantendrán los ministros en Luxemburgo, al que asistirá la vicepresidenta española de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
"Se está dando un importante punto de inflexión en la política monetaria. Su senda tiene implicaciones importantes para la política fiscal y escucharemos con interés a la presidenta del BCE", apunta un alto cargo comunitario.
El anuncio del BCE la semana pasada de que subirá los tipos de interés en julio, por primera vez tras once años, para frenar la escalada de la inflación desencadenó un aumento de los intereses de la deuda soberana de países como Italia, España, Grecia o Portugal.
Sus primas de riesgo -el diferencial de lo que pagan por sus bonos a diez años en comparación con el "bund" alemán, considerado el más seguro- se ampliaron así hasta alcanzar su nivel más alto desde la primavera de 2020, en pleno estallido de la pandemia, azuzando el temor a una crisis de deuda como la que siguió a la crisis financiera.
En este contexto, el Consejo de Gobierno del BCE convocó hoy una reunión de urgencia en la que decidió acelerar la creación de un mecanismo para evitar la fragmentación financiera, es decir, la gran disparidad entre el rendimiento de la deuda de los distintos países, así como reinvertir los bonos que adquirió por la pandemia cuando vayan venciendo, lo que permitiría comprar deuda de Estados cuya prima de riesgo se dispare para rebajar los intereses.
Tras pasar revista a la situación económica actual, los ministros del euro abordarán otros temas, entre los que destaca el debate para seguir avanzando en la construcción de la Unión Bancaria aunque con pocas esperanzas de que se consigan grandes progresos.
La intención era conseguir un pacto sobre una hoja de ruta para completar este proyecto en los próximos años, pero fuentes comunitarias reconocen ahora que "no es realista" sacar adelante un documento completo que recoja todas las líneas de trabajo paralelas de un dossier "extremadamente complejo y muy sensible desde el punto de vista político".
La principal discrepancia es el hincapié que hacen los países del norte, encabezados por Alemania, para reducir la exposición de la banca a la deuda soberana y su negativa a avanzar en la creación de un fondo común de garantía de depósitos (EDIS, en inglés), que reclaman socios del sur.
Esta situación obliga al presidente del Eurogrupo, Pachal Donohoe, a intentar un pacto de mínimos para seguir avanzando en elementos para los que existe más consenso - la gestión de crisis y las normas sobre los fondos nacionales de depósitos - y dejar los más controvertidos para el siguiente ciclo político, es decir, como pronto para la segunda mitad de 2024.
Además de esta discusión sobre la Unión Bancaria, el Eurogrupo evaluará el reciente dictamen de la Comisión Europea que concluye que Croacia cumple todos los requisitos para unirse a la zona euro desde el 1 de enero de 2023. Será el primer paso de un proceso que tiene que pasar por una cumbre de líderes y contempla opiniones del Parlamento Europeo y el BCE.
Los titulares de Finanzas de la moneda común también evaluarán el último informe de vigilancia del rescate griego y, salvo sorpresa, desbloquearán un nuevo tramo de alivio de deuda pública que asciende a 748 millones de euros en el que podría ser el último que tiene lugar en el marco de la supervisión reforzada puesta en marcha en 2018 y que los Diecinueve pueden dar por terminada en verano.
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