España y Francia son las excepciones en una Unión Europea que el año pasado registró más inmigrantes y menos refugiados que el anterior. Según un informe presentado este miércoles en París por la OCDE, mientras que el número de solicitudes de asilo en Europa descendió un diez por ciento en dos mil dieciocho, en España aumentó un 73% hasta situarse en 52.000. El éxodo provocado por la crisis venezolana explica en gran parte este incremento. Francia recibió 110.00 solicitudes, un 20% más que en 2017.
Sin embargo, Alemania, con 160.000 solicitudes, 36.000 menos que en 2017, sigue siendo el país europeo preferido por quienes piden asilo.
El descenso en el número de refugiados que han llegado a la Unión Europea contrasta con el notable incremento, del seis por ciento, que ha registrado la inmigración laboral. Casi 5 millones de personas llegaron a un país de la UE para trabajar. De esta cantidad, 2,7 millones lo hicieron con un contrato temporal.
Polonia el que más inmigrantes temporales aceptó: 1,1 millones de trabajadores extracomunitarios y 21.000 trabajadores de otros miembros de la UE.
Según el informe de la OCDE, el nivel de paro de los inmigrantes es del 8,7 %.