El coronavirus pasa seria factura a la economía británica. La Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido informaba este viernes de una caída en 2020 del 9,9 por ciento del Producto Interior Bruto. Se trata del mayor desplome anual en más de 300 años, si bien los datos del último cuatrimestre, con una subida del uno por ciento, invitan ligeramente al optimismo.
"Las cifras de hoy muestran que el año pasado nuestra economía experimentó un choque significativo" reconocía el ministro de Hacienda Rishi Sunak, "y aunque hubo algunos signos de resistencia durante el invierno, es evidente que ahora mismo muchas familias y empresas están pasando por dificultades. Por eso hemos puesto en marcha un plan integral de empleo con el que apoyar a los ciudadanos en esta crisis. Estableceremos la siguiente fase de nuestra respuesta económica en nuestro presupuesto de principios de marzo".
El Banco de Inglaterra prevé que la economía se contraiga un cuatro por ciento en los tres primeros meses de 2021, y estima también que habrá que esperar hasta principios de 2022 para que la recuperación llegue a los niveles de antes de la pandemia, siempre y cuando la vacunación a nivel nacional continúe a buen ritmo. Algunos economistas creen no obstante que habrá que esperar algo más.
La Comisión Europea, por su parte, calcula que la reciente salida británica de la Unión Europea le costará al bloque alrededor de un 0,5 por ciento de crecimiento económico en los próximos 24 meses, si bien para el Reino Unido el Brexit será más de cuatro veces más doloroso en términos económicos.