Madrid, 12 jun (.).- El vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Ricardo Mourinho, reconoce que tener un mercado de trabajo único en la UE es uno de los retos "más difíciles" que se puede plantear, debido a los diferentes niveles de productividad y de salarios existentes en los países que la integran.
Así lo indica Mourinho en unas declaraciones a EFE con motivo de su estancia en Madrid para presentar el programa InvestEU, el cual incluye más de 372.000 millones de euros en inversiones previstas para el periodo 2021-2027.
Para el vicepresidente del BEI, el salario tiene que estar conectado a la productividad y, en este momento, hay niveles (de productividad) muy diferentes en los países de la UE, por lo que si se quiere tener un mercado de trabajo único "hay que invertir en educación y formación" para igualarlos.
Precisamente esta semana la Unión Europea alcanzó un acuerdo político provisional sobre una normativa de salarios mínimos "adecuados" en la UE, en la que se respeta la diversidad de modelos nacionales de los Veintisiete y se promueve la negociación colectiva.
El documento, además, establece que los Estados miembros deberán analizar si los salarios mínimos fijados por ley son adecuados para asegurar un nivel de vida decente, aunque la legislación comunitaria no introducirá un único salario mínimo en toda la Unión Europea, teniendo en cuenta sobre todo las actuales diferencias.
El más alto, el de Luxemburgo con 2.202 euros brutos al mes, es más de seis veces mayor que el más bajo, el de Bulgaria con 322 euros mensuales, según datos de 2021 publicados por la oficina de estadística comunitaria Eurostat.
Los salarios mínimos más bajos se pagan en el este de Europa, ya que se sitúan entre 300 y 700 euros mínimos al mes en Bulgaria, Hungría (442), Rumanía (458) o Letonia (500), y los más altos se dan en países del oeste y norte, con sueldos por encima de los 1.500 euros brutos al mes en Francia (1.555), Alemania (1.614), Bélgica (1.626), Países Bajos (1.685), Irlanda (1.274) y Luxemburgo.
Mourinho ha querido destacar que para seguir avanzando "siempre necesitamos más Europa", a pesar de que ante retos importantes como la pandemia de coronavirus o la guerra en Ucrania se ha visto "una gran unión", y ha puesto como ejemplo dos políticas concretas: la unión bancaria y la unión de mercados de valores.
Según dice, son "dos pilares muy importantes" para conseguir la transición energética y digital de la economía europea, teniendo en cuenta que la financiación pública "nunca será suficiente" y será necesario atraer inversiones privadas, algo más fácil si la inversión puede circular por toda Europa, tal y como ocurre en Estados Unidos.
El vicepresidente del BEI cumplirá dos años en el cargo el próximo mes de octubre, periodo que ha calificado de "muy difícil", aunque ha recordado que desde la crisis financiera de 2008 "todo ha sido muy difícil". El peor momento, según ha detallado, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y el mejor, que el BEI haya alcanzado en 2021 niveles récord de financiación.