Budapest, 14 jun (.).- La aerolínea de bajo coste Ryanair (LON:RYA) tildó este martes de "atraco" y de "idiota" el nuevo impuesto extraordinario que el Gobierno húngaro introdujo a finales de mayo y que afecta, entre otras empresas, a las compañías aéreas.
"En un momento en el que otros países de la Unión Europea están recortando los impuestos para recuperar el tráfico, el turismo y los puestos de trabajo, el Gobierno húngaro está haciendo lo contrario, al encarecer los viajes aéreos hacia y desde Hungría", denunció Ryanair en un comunicado que califica de "idiota" esa tasa.
La compañía irlandesa afirma que se trata de un "atraco" por parte de un Gobierno que "está completamente alejado de la realidad".
El documento anuncia que el presidente de la aerolínea, Michael O'Leary, enviará a Márton Nagy, ministro de Fomento Económico, el libro titulado "Economía para tontos", para que explique por qué "impone un impuesto sobre el 'exceso de beneficios' a una industria deficitaria como la de las aerolíneas".
Según Ryanair ni las líneas aéreas ni las familias aguantarán este nuevo impuesto justo cuando el sector turístico húngaro intenta recuperarse tras la covid.
El pasado mayo, el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, anunció una serie de nuevos impuestos para compensar la inflación y el alza de los precios de energía, por un valor total de 4.100 millones de euros hasta 2023.
"Obligamos a los bancos, aseguradoras, las grandes cadenas de comercio, a las empresas de energía y comerciantes, así como a las líneas aéreas, a que paguen una gran parte de sus beneficios extras" al presupuesto nacional, anunció Orbán el 25 de mayo.
A pesar de que el Gobierno ha asegurado que las empresas afectadas no podrán trasladar los impuestos a los usuarios, varias han anunciado aumentos de precios, como la línea aérea de bajo coste WizzAir o el banco K&H.
Según Budapest estos impuestos son necesarios para poder mantener el déficit público en el 4,9 % previsto para 2022, y en el 3,5 % para el año que viene.
Hay analistas que ven en este impuesto una reacción del Gobierno al agujero presupuestario creado por las rebajas fiscales y las ayudas a familias aprobadas poco antes de las elecciones del 3 de abril, que fueron ganadas por Orbán con mayoría absoluta.