Por Laura Sánchez
Investing.com - Los inversores se mantienen esta semana muy pendientes de las decisiones de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de Inglaterra (BoE), ambos el jueves.
Muchos analistas advierten que, al menos el BoE, podría seguir al estadounidense en este tono hawkish.
“La determinación de la Fed contra la Inflación es firme: tipos al alza y reducción del balance. Por eso la TIR del 2A en EE.UU. vuelve a niveles de hace 2 años (1,20%) y el 10A alcanza 1,80% (+32,0 pb en 2022). El riesgo está en el ritmo de reducción del balance”, explican en Bankinter (MC:BKT).
“Si bien el Consejo de Gobierno del BCE no esperamos que ‘mueva ficha’ y que, por tanto, mantenga los principales parámetros de su política monetaria sin cambios, el Comité de Política Monetaria del BoE sí que creemos que va a actuar y va a volver a incrementar sus tipos de interés de referencia, como ya hizo en diciembre, en esta ocasión en 25 puntos básicos, para situarlos en el 0,5%”, apuntan en Link Securities.
“El Banco de Inglaterra dio el pistoletazo de salida a las subidas de tipos en diciembre. Desde entonces, los datos han mostrado que la inflación del Reino Unido se disparó a un máximo de 30 años en diciembre, ya que los costos más altos de la energía, el resurgimiento de la demanda y los problemas de la cadena de suministro continuaron elevando los precios al consumidor”, señala CNBC.
“La inflación estará muy presente en los comunicados que ambas instituciones publiquen tras sus reuniones ya que es la variable que va a condicionar en los próximos meses su actuación. El grave problema que afronta el BCE, y que limita su margen de maniobra, primero a la hora de dejar de comprar bonos soberanos de los países de la Eurozona y, después, a la hora de intentar normalizar sus tasas de interés de referencia, son los abultados déficits públicos que mantienen especialmente los países del sur de la Eurozona, Francia incluida, y sus elevados endeudamientos”, añaden en Link Securities.
“Un brusco cambio en las políticas monetarias del BCE podría provocar una nueva crisis de deuda en la región, mientras que, de no hacer nada, la elevada inflación podría acabar con la recuperación económica en la región. Difícil papeleta la del BCE y la de su presidenta Lagarde, a la que se les están acabando los argumentos para seguir defendiendo la actuación de la institución”, concluyen estos analistas.