Por Steven Scheer
JERUSALÉN, 31 mar (Reuters) - El Banco de Israel advirtió el domingo de daños económicos si más hombres judíos ultraortodoxos no se unen al ejército del país, pesando en un tema polémico que ha causado una grieta en el gobierno de guerra del primer ministro Benjamin Netanyahu.
En su informe anual de 2023, el banco central dijo que la guerra de Israel contra el grupo islamista palestino Hamás en Gaza, que comenzó el 7 de octubre, había puesto de relieve las necesidades de personal de las fuerzas armadas y ha añadido una carga a la economía debido al fuerte aumento de la cantidad de días de servicio que se requerirá tanto para los reclutas como para los soldados de reserva.
Esto, dijo, perjudica el rendimiento económico de los soldados, así como el empleo de los cónyuges.
"A medida que la carga del servicio militar se divide entre un mayor número de soldados... el impacto económico en cada uno de ellos disminuye, al igual que el impacto agregado en la economía", dijo el Banco de Israel.
"Ampliar el círculo de personal militar para incluir a la población ultraortodoxa.... permitirá, por tanto, responder a las crecientes necesidades de defensa, moderando al mismo tiempo el impacto sobre el personal y la economía".
El gobierno de Netanyahu dijo en febrero que buscaría la forma de poner fin a las exenciones del servicio militar para los judíos ultraortodoxos, que datan de la fundación de Israel en 1948, para repartir la carga de la guerra entre la sociedad de forma más justa.
Pero la decisión se topó con la reacción de los partidos judíos ultraortodoxos y abrió una brecha en la coalición.
El domingo vencía el plazo para que el gobierno presentara una ley que resolviera la cuestión, pero Netanyahu presentó una solicitud de última hora ante el Tribunal Supremo para obtener un aplazamiento de 30 días.
Según el Banco de Israel, el sector ultraortodoxo, en rápido crecimiento, representa actualmente el 7% de la economía, pero será el 25% dentro de 40 años. Sólo el 55% de los hombres ultraortodoxos trabajan y, de mantenerse esta tendencia, Israel perderá seis puntos porcentuales de producto interior bruto de aquí a 2065, al tiempo que se disparará la presión fiscal.
El Gobernador del Banco de Israel, Amir Yaron, también dijo que para mantener la disciplina fiscal, el plan de aumentar el gasto anual en defensa debe ir acompañado de recortes en el gasto civil, aunque hacerlo también tiene un coste economicista.
(Reportaje de Steven Scheer; Editado en español por Juana Casas)