Caracas, 14 ene (EFE).- Sectores patronales y políticos
venezolanos aplaudieron hoy la decisión del Gobierno de suspender el
racionamiento eléctrico en Caracas, aunque alertaron que la grave
crisis del sector se mantiene y requiere decisiones "claras,
concretas" y consensuadas para superarla.
El jefe del Estado, Hugo Chávez, anunció anoche la suspensión de
los apagones programados en Caracas, implementados menos de 24 horas
antes, con el argumento de que la medida generó "un impacto no
deseado".
El racionamiento del servicio eléctrico, controlado por el
Estado, se mantiene en el resto del país con el esquema de entre dos
y cuatro horas de suspensión cada dos días o menos, dependiendo de
la zona, dijo Chávez anoche, cuando también anunció la destitución
del ministro de Energía Eléctrica, Ángel Rodríguez.
El presidente de la patronal Fedecámaras, Noel Álvarez, afirmó
hoy que el gremio "saluda" la rectificación "de una medida
inconsulta y poco saludable", en referencia a la suspensión de los
apagones programados en Caracas.
Según Álvarez, el Gobierno verificó que el racionamiento en la
capital tuvo "incidencia importante (negativa) en la popularidad del
presidente", y que por ello "echa para atrás la medida".
Pero "el problema no está resuelto", añadió, y pidió al Ejecutivo
medidas "claras, concretas" y consensuadas para superar la crisis.
Propuso que sea designada una "comisión nacional de expertos", en
la que participe gente "independientemente de filiación política", y
diseñe una estrategia para superar el problema energético.
Álvarez reiteró la propuesta de Fedecámaras de adelantar 30
minutos la hora y regresar al horario que regía en el país hasta
diciembre de 2007, lo que permitiría "ahorrar 600 megavatios al
actual consumo" eléctrico nacional.
Añadió que otra medida efectiva sería "la suspensión inmediata"
de la venta de luz a Brasil, y que incluso ese país pase a ser
suministrador de electricidad de Venezuela.
Venezuela redujo en un 20 por ciento, hasta 80 megavatios, los
envíos de electricidad aL estado brasileño de Roraima, informó el
martes pasado un portavoz de la estatal Eletronorte de Brasil.
Por su parte, el gobernador del estado de Miranda, el opositor
Henrique Capriles, pidió al Gobierno que "sea responsable" y decida
de forma consensuada con los demás niveles ejecutivos la estrategia
para enfrentar la crisis energética.
"Estamos dispuestos, como estado con el aparato industrial y
comercial más importante del país, a hacer todos los sacrificios,
pero siempre que tengamos la información con seriedad", declaró el
gobernador de Miranda a la cadena privada de noticias Globovisión.
Asimismo, el alcalde del municipio caraqueño de Baruta, el
opositor Gerardo Blyde, afirmó que el racionamiento lo planificó el
Gobierno de forma "improvisada" y sin consultar con los demás
sectores, lo que, dijo, obligó a su suspensión.
Blyde pidió los caraqueños "ahorrar" energía para ser
"solidarios" con los habitantes del "interior del país, que sí van a
seguir pagando los platos rotos por la irresponsabilidad" del
Gobierno, que no previó la crisis eléctrica, según explicó.
En ese sentido, el gobernador del estado occidental de Zulia, el
opositor Pablo Pérez, cuestionó que la suspensión de la restricción
eléctrica solo se aplique a la capital del país.
"Pareciera que hay dos Venezuela, una restringida a Caracas y
otra donde está Zulia, Anzoátegui, Bolívar, Táchira, Mérida y todas"
las demás regiones del país, declaró Pérez a la radio local.
Sostuvo que el racionamiento de cuatro horas cada dos días
aplicado a Maracaibo, la capital de Zulia, "es una medida
irracional", y con ella "el pueblo está pagando las consecuencias de
un Gobierno que no ha atendido los servicios públicos".
El Ejecutivo nacional "tenía planificado construir 35 plantas, y
solo se han levantado cuatro a cinco", dijo Pérez.
El Gobierno argumenta que el racionamiento eléctrico es necesario
para enfrentar la crisis eléctrica derivada de la sequía que afecta
al país, la cual se extenderá al menos hasta mayo próximo.
Sectores de oposición y ex directivos del área energética
sostienen que la crisis es consecuencia de la supuesta falta de
previsión oficial, que no habría cumplido con el cronograma de
inversiones tanto en la generación hidroeléctrica y termoeléctrica.
EFE