Pekín, 4 nov (EFE).- La mayor petrolera china, CNPC, y el gigante
británico BP firmaron con Iraq el segundo acuerdo petrolero desde la
invasión de EEUU de 2003, un contrato de desarrollo del yacimiento
de Rumaila, uno de los mayores del mundo.
El primer acuerdo tras la guerra fue firmado también por CNPC en
2008.
Según informó hoy el diario "China Daily", el acuerdo de
servicios tiene una duración de 20 años y un valor de 50.000
millones de dólares (33.900 millones de euros).
BP (British Petroleum) contará con un 38 por ciento del consorcio
que gestionará Rumaila, CNPC (China National Petroleum Corp) con un
37 por ciento y el restante 25 por ciento estará en manos de la
estatal iraquí State Oil Marketing Organization (SOMO), que se
ocupará de las ventas.
Aunque BP y CNPC no compartirán la producción, ambas acordaron
aceptar un pago de 2 dólares por cada barril extra que supere la
actual producción de un millón de barriles diarios, que esperan
incrementar hasta los 2,85 millones de barriles diarios en los
próximos seis años.
Situado en el sur del país, cerca de la ciudad de Basra y con
17.000 millones de barriles de reservas estimadas, Rumaila es el
principal caballo de batalla del sector petrolero iraquí, ya que
supone la mitad de la producción del país, de 2,5 millones de
barriles diarios.
Hussein Al-Shahristani, ministro iraquí del Petróleo, rubricó el
acuerdo con los responsables de BP y de la estatal CNPC en una
ceremonia celebrada ayer en el Hotel Al-Rasheed de Bagdad.
Shahristani calificó el acuerdo como el inicio de "una nueva era"
para la producción de petróleo iraquí, cuya exportación supone la
principal fuente de ingresos del país, y subrayó que su ministerio
ha trabajado para atraer a las grandes multinacionales con el fin de
aumentar la producción de Iraq.
El pasado 30 de junio, Iraq ofreció ocho de sus yacimientos de
petróleo y gas a compañías extranjeras en una de las primeras
subastas en el sector en décadas, pero sólo el de Rumaila fue
adjudicado a BP y a CNPC, después de que el resto de firmas se
negaran a aceptar las condiciones iraquíes.
El de Rumaila es el primero de una serie de contratos con los que
Iraq, que cuenta con las terceras mayores reservas petroleras del
mundo, espera situarse entre los once mayores productores y
reconstruir el devastado país con los beneficios.
Sin embargo, el acuerdo firmado en un Iraq todavía pasto de la
violencia y los ataques terroristas de grupos suníes como Al Qaeda
afronta otros riesgos como la falta de garantías de que el Gobierno
escogido en las próximas elecciones de enero cumpla con el
documento, por lo que se descarta que BP y CNPC empiecen a producir
de inmediato.
El acuerdo supone el regreso de BP a Iraq después de que la
británica y el resto de petroleras occidentales fueran expulsadas en
la década de 1970 con la nacionalización del sector.
Para CNPC, sin embargo, se trata del segundo acuerdo que firma
con el país de Oriente Medio, después del de 3.000 millones de
dólares para desarrollar el yacimiento de Al-Ahdab, también en el
sur de Iraq, firmado en 2008, el primero tras la invasión de 2003.
El presidente de CNPC, Jiang Jiemin, desveló a la prensa después
de la firma de ayer que la producción del yacimiento de Al-Ahdab
alcanzará los 40.000 barriles en 2011. EFE