Dublín, 4 oct (EFE).- El Banco Central Irlandés (ICB) revisó hoy a la alza las perspectivas de la economía nacional al pronosticar que el producto interior bruto (PIB) crecerá este año un 1 %, dos décimas más que lo previsto en julio.
En su último informe trimestral, la entidad atribuye su corrección para 2011 a una "sólida actuación" de la economía irlandesa entre los pasados meses de abril y junio.
Su repunte ha sido tan fuerte, explica el ICB, que incluso si la economía global se desacelerase durante el segundo semestre de 2011, Irlanda no cerraría el año en números negativos.
Por contra, el PIB solo crecerá un 1,8 % al año siguiente, tres décimas menos que lo pronosticado en julio, debido sobre todo a una previsible caída de la actividad con sus tradicionales socios comerciales, como el Reino Unido.
El ICB también predice que el producto nacional bruto (PNB), que excluye las aportaciones de las multinacionales y que, para muchos expertos, es un indicador económico más fiable, se contraerá un 0,4 %, aunque volverá a crecer un 0,7 % al año siguiente.
Con estas cifras, la entidad habla de "señales definitivas" de estabilización de la economía nacional, de una bajada de los costes de recapitalización de la banca y de los de autofinanciación, gracias, en parte, a la aplicación de los ajustes recogidos en el plan de rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para este país.
Destaca, en este sentido, que está "aumentando la confianza en la economía irlandesa", como lo demuestra el hecho de que su prima de riesgo haya caído a niveles similares a los que tenía antes de la intervención internacional el pasado noviembre.
El rescate financiero obliga a Dublín a aplicar medidas de ajuste encaminadas a ahorrar 3.600 millones de euros durante el próximo año, de manera que pueda reducir su déficit público hasta el 8,6 % del PIB.
La hoja de ruta irlandesa prevé que 1.500 millones de euros irán a parar a las arcas del Estado a través de impuestos adicionales, mientras los 2.100 millones restantes se conseguirán gracias a una severa reducción del gasto público, pese a que el Gobierno ha prometido que no modificará el régimen fiscal ni los subsidios sociales.
En su análisis, el ICB señala hoy que el cumplimiento de esos objetivos dependerá, en gran medida, de las previsiones de crecimiento para el próximo diciembre, cuando el Gobierno presentará los Presupuestos Generales para 2012.
Por ese motivo, la entidad aboga por "acelerar" los planes de ajuste e incluir, quizá, otras medidas aparcadas para años venideros.
De esta manera, apunta el texto, si se busca superar el objetivo de reducir el déficit hasta el 8,6 % del PIB, "las finanzas públicas ganarán un grado de resistencia para afrontar la posibilidad de sufrir golpes negativos sobre la economía".
Sin embargo, advierte sobre los riesgos de "sobrecargar" los próximos presupuestos, dado que la demanda interna continuará siendo "débil", pues se espera que el "consumo personal" caiga un 2,6 % durante este año y un 0,8 % en 2012. EFE