Emilio Crespo
Lisboa, 1 jul (EFE).- El Gobierno portugués volvió a justificar
hoy su veto a la venta de Vivo a Telefónica pero se ha quedado
prácticamente solo en la defensa de esa "bomba atómica", como llama
la prensa al uso de la "acción de oro" en Portugal Telecom (PT).
Desde la propia empresa de telecomunicaciones, hasta el principal
partido de la oposición (el Social Demócrata PSD) y numerosos
expertos y analistas de empresas y medios se han mostrado en
desacuerdo con el uso, por parte del Gobierno socialista, de unas
acciones con derechos especiales -la denominada acción de oro o
"golden share- consideradas por Bruselas incompatibles con la
legalidad.
Sólo han apoyado la decisión del primer ministro José Sócrates
los pequeños partidos de la izquierda marxista, que habitualmente
constituyen su mayor quebradero de cabeza por las presiones contra
la política económica y las medidas de ajuste impuestas por la
crisis.
Bajo una lluvia de críticas y el temor de políticos y analistas a
la mala imagen ante los inversores, la reacción de Bruselas y hasta
una posible opa de Telefónica sobre PT, Sócrates insistió hoy en
defender el uso de las acciones privilegiadas, que además de en PT
también tiene el Estado luso en grandes empresas como GALP o EDP.
"El Gobierno hizo lo que debía para defender los intereses de
Portugal y de Portugal Telecom", afirmó en un inusual artículo
publicado hoy con la firma del primer ministro en un diario
lisboeta.
"Telefónica estaba equivocada si creía que podía seguir con una
oferta sin tener en consideración los intereses estratégicos
expresados claramente por el Gobierno", abunda el gobernante en una
entrevista al "Financial Times", de la que se ha hecho eco toda la
prensa lusa.
El ministro portugués de la Presidencia, Pedro Silva Pereira,
también salió en defensa de la decisión gubernamental en la rueda de
prensa que siguió al Consejo de Ministros de hoy en Lisboa.
Silva Pereira reprochó las "formas" usadas para quedarse con Vivo
por Telefónica y el hecho de que no tuviera en consideración al
Estado luso como accionista de PT.
Sócrates usó argumentos similares cuando justificó ayer el
recurso a la "acción de oro" nada más terminar la asamblea de PT en
la que el Gobierno vetó la decisión del 74% de los accionistas de
vender a Telefónica -por 7.150 millones de euros- la participación
del 30 por ciento que tiene la empresa portuguesa en Vivo.
Pese al sentimiento nacionalista que se había generalizado en
Portugal en defensa de la apuesta de PT por Vivo y Brasil, hoy en la
prensa se imponía la valoración de que el Gobierno cometió un error
al usar un arma que la UE no acepta y se dispone a prohibir la
próxima semana.
Los más contrariados parecen los accionistas lusos de PT y sus
directivos, que anunciaron hoy consultas "jurídicas" para clarificar
los aspectos legales del veto al confirmar que Telefónica ha
prorrogado su oferta por Vivo hasta el 16 de julio, cuando Bruselas
puede haber convertido ya en historia la "acción de oro" de PT.
Tras varias semanas de criticar, a menudo con vehemencia, la puja
de Telefónica y defender la importancia de seguir en Brasil para el
futuro de PT, el llamado "núcleo duro" de accionistas lusos se
ablandó ante la subida de precio que hizo en el último momento la
empresa española.
Dos de los principales accionistas lusos y defensores de la
apuesta brasileña de PT, el Banco Espirito Santo (con el 7,99% del
capital) y Ongoing (6,74%) adornaron con diversos argumentos su
decisión de votar a favor de Telefónica tras subir ésta su puja en
650 millones horas antes de la votación.
Hasta el inicio de la asamblea muchos analistas pronosticaban una
derrota de Telefónica, que fue privada del voto de la mayor parte de
sus acciones en PT (10%) y vio rechazada su propuesta de dar un
jugoso dividendo a los accionistas a cuenta de la venta de Vivo.
Pero tras la rotunda victoria del "sí" a la venta, la presidencia
de la asamblea en una decisión cuestionada por accionistas y
directivos de PT, pidió y admitió el voto del Estado que anuló todos
los demás. EFE