Washington, 20 jul (EFE).- El primer ministro británico, David
Cameron, afirmó hoy que la petrolera BP debe limpiar el vertido en
el Golfo de México, pagar las indemnizaciones que le corresponda y
"continuar como una compañía estable y fuerte".
En declaraciones junto al presidente de EE.UU., Barack Obama,
tras su reunión en la Casa Blanca, Cameron hizo alusión a las
críticas sobre el supuesto papel de BP en la puesta en libertad del
autor del atentado de Lockerbie, el libio Abdelbaset al Megrahi, y
recordó que aquella excarcelación "fue una decisión del Gobierno
autónomo escocés, no de la petrolera".
Por su parte, Obama declaró que dará "la bienvenida" a cualquier
nueva información que se dé a conocer sobre cómo se produjo la
puesta en libertad de Al Megrahi, al que se devolvió a Libia porque
supuestamente sufría un cáncer de próstata terminal.
Al Megrahi, el único condenado por el atentado que costó la vida
a 270 personas al estallar un avión estadounidense cuando
sobrevolaba la localidad escocesa de Lockerbie en 1989, sigue vivo
un año después y en libertad en Libia, sin que se hayan detectado
indicios de un deterioro serio de su salud.
Los medios británicos han publicado que BP presionó en favor de
aquella liberación pues buscaba concesiones petroleras en aguas
libias.
En su día, tanto Cameron -entonces líder de la oposición- como el
Gobierno de EE.UU. criticaron duramente la decisión del Gobierno
autónomo escocés, al considerar que Al Megrahi debía haber cumplido
plenamente su condena de cadena perpetua.
En sus declaraciones hoy, el primer ministro británico se declaró
en contra de abrir una investigación sobre la liberación del
terrorista libio, al indicar: "no necesito una investigación para
decirme que fue una mala decisión".
Sí se mostró abierto a la posibilidad de publicar más
documentación acerca del caso y prometió "la colaboración adecuada"
con el Senado de EE.UU., que celebrará una audiencia sobre aquella
puesta en libertad y el papel que BP pudo desempeñar.
Durante su estancia en Washington, Cameron tiene previsto
reunirse con un grupo de senadores para tratar sobre esa audiencia.
Obama se mostró de acuerdo con el primer ministro en que cuando
cuenten "con todos los datos" sobre aquella decisión "quedará claro
que nunca debió haberse tomado".
Acerca de BP, Cameron indicó que entiende la frustración en
Estados Unidos contra la petrolera por su responsabilidad en el
vertido y aseguró que, en sus conversaciones con los ejecutivos de
la compañía, está de acuerdo en que la empresa debe pagar los costes
del vertido y limpiar la mancha negra.
Subrayó, no obstante, que es "una compañía importante y a
nuestros dos países les conviene que siga siendo una empresa estable
y fuerte".
El vertido en el Golfo de México comenzó tras la explosión el 20
de abril de una plataforma operada por BP y su posterior
hundimiento.
Desde esa fecha y hasta el jueves de la semana pasada se han
expulsado entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo a las aguas del
Golfo y provocado la mayor catástrofe ecológica en la historia de
EE.UU.
Durante su conversación en el Despacho Oval, que continuó con un
almuerzo al que se sumó el vicepresidente, Joe Biden, Obama y
Cameron abordaron también asuntos como la guerra en Afganistán, la
situación en Oriente Medio y la crisis económica global.
El Reino Unido, que ha sufrido ya más de 320 bajas en Afganistán,
ha anunciado su retirada para 2014, un año antes de lo que estaba
previsto.
Ambos líderes alabaron la "excelente relación" entre los dos
países y se esforzaron en llamarse por sus nombres de pila, en una
demostración de la buena sintonía personal.
El primer ministro británico terminará su visita a EE.UU. el
miércoles en Nueva York, donde se reunirá con el secretario general
de la ONU, Ban Ki Moon, y asistirá a la cena que le ofrece el
alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg. EFE
mv/cpy