Madrid, 11 jul (EFE).- La asfixia de los inversores a los mercados bursátiles de Italia y España, y a su deuda emitida, llegó hoy a cotas insospechadas, debido a las fuertes caídas de sus principales selectivos y al incremento de sus primas de riesgo hasta niveles no vistos desde la creación del euro en 1999.
A la espera de que la Unión Europea tome medidas para frenar el acoso de los inversores (que se debe a las dudas sobre el segundo paquete de ayuda a Grecia y a las incertidumbres sobre Italia), la bolsa de Milán se desplomó el 3,96 por ciento, su mayor descenso desde junio de 2010, mientras que el principal selectivo español, el IBEX 35, sufrió su segunda mayor caída del año, del 2,69 por ciento.
Aunque todas las plazas europeas se tiñeron de rojo, capitaneadas por Portugal, con un retroceso del 4,28 por ciento, la peor parte se la llevó la deuda soberana.
La prima de riesgo de los títulos españoles a 10 años, que es el sobrecoste que los inversores exigen para comprar esos bonos en vez de los alemanes, pulverizó hoy récords hasta alcanzar los 335 puntos básicos al cierre de la sesión, el máximo desde la creación del euro en 1999.
La prima de riesgo italiana también tocó máximos al superar los 300 puntos básicos, debido a los problemas políticos y económicos del país, que han avivado en las últimas jornadas la ola de desconfianza sobre los países periféricos europeos, ante un posible contagio de la situación helena.
La subida de la prima de riesgo española se explica porque la rentabilidad que ofrecen los títulos españoles a 10 años se disparó hasta el 6,030 por ciento, su nivel más alto desde 1997, frente al 2,672 por ciento que ofrecen de rendimiento los bonos alemanes con vencimiento en 2021.
Entre los factores de desconfianza hacia España destaca la situación de su sistema financiero, además del temor que causan las cuentas públicas de las Comunidades Autónomas.
Precisamente, la vicepresidenta económica del Gobierno español, Elena Salgado, admitió hoy que alguna entidad bancaria del país podría suspender las pruebas de esfuerzo europeas, cuyo resultado se conocerá el próximo viernes, debido al cambio en los criterios de evaluación respecto al año pasado.
Los países que han necesitado ayudas europeas (Grecia, Portugal e Irlanda) también sufrieron hoy un aumento de sus primas de riesgo, que terminaron en 1.388 puntos básicos, 1.027 y 1.025 puntos básicos, respectivamente.
A última hora de la tarde, la mirada de los inversores seguía puesta en la reunión de la cúpula de la Unión Europea, que trataba de avanzar en las negociaciones de un segundo plan de rescate a Grecia, que está inmerso en dificultades, entre otras cosas, por las dudas sobre la fórmula para implicar a la banca europea.
Según los analistas consultados por Efe, en el comportamiento de los inversores impactó en menor medida la alerta de la OCDE, que anunció que la mayoría de los países que componen la organización presentaron en mayo signos de ralentización económica (las mayores disminuciones fueron las de Francia, Italia, Canadá, Alemania, Japón y España).
Al cierre de la jornada, otro de los grandes afectados por la ola de desconfianza sobre Europa era el euro, que había cedido posiciones frente al billete verde estadounidense y cotizaba a 1,40 dólares. EFE