Madrid, 12 jul (EFE).- La volatilidad de los mercados, la reacción positiva de Italia y los rumores, no confirmados, de que el Banco Central Europeo (BCE) estaba comprando deuda dieron hoy un leve respiro a los países europeos periféricos tras una mañana de tensión, con las bolsas a la baja y las primas de riesgo disparadas.
Aunque menos tensa, la situación aún es complicada, sobre todo porque los países europeos no se ponen de acuerdo sobre el segundo plan de rescate a Grecia, en especial sobre la participación del sector privado, un asunto que genera desconfianza entre los inversores.
En este contexto, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que visitó hoy Madrid, sopesa la posibilidad de convocar una cumbre extraordinaria del Eurogrupo el próximo viernes, una vez que se conozcan los resultados de las pruebas de solvencia de los bancos. Algunos países, entre ellos Alemania y Holanda, se muestran reticentes.
Italia y España, los países que estaban desde ayer en el ojo del huracán, vivieron hoy una jornada de extrema volatilidad.
En la apertura, los mercados acentuaron su presión y elevaron de nuevo hasta máximos históricos las primas de riesgo: 375 puntos básicos en el caso de España y 347, en el de Italia. La bolsa española llegó a caer más del 4 por ciento y la de Milán casi un 5 por ciento.
Sin embargo, los rumores en el mercado sobre posibles compras de deuda de países periféricos por parte del BCE tuvieron un efecto balsámico.
Las primas de riesgo se relajaron y cerraron en 314 puntos, en el caso de España, y en 285 puntos, en el de Italia, niveles muy elevados pero inferiores a los registrados en el cierre de ayer. También se redujeron los diferenciales entre el bono alemán y la deuda de Grecia y Portugal.
Según expertos de CM Capital Markets consultados por Efe, aunque las compras del BCE no están acreditadas, los simples rumores han servido para animar a los mercados.
Las noticias llegadas desde Italia también se interpretaron de forma positiva, sobre todo la decisión de los grupos políticos de aprobar esta misma semana el plan de ajuste diseñado por el Gobierno, que prevé un recorte del gasto de 48.000 millones de euros para el período 2011-2014.
El titular italiano de Economía, Giulio Tremonti, abandonó la reunión del Consejo de Ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) para acelerar el proceso.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, rompió su silencio de los últimos días con un comunicado en el que destacó la solidez de su Gobierno y de los bancos italianos.
Desde Bruselas, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, apoyó los "esfuerzos serios" de Italia, aunque advirtió de que la Comisión Europea (CE) seguirá de cerca la aplicación del plan.
Pese al castigo de los mercados, Italia logró colocar hoy una emisión de bonos a un año de 6.750 millones de euros, aunque tuvo que elevar su rendimiento hasta el 3,670 por ciento, frente al 2,147 por ciento de la subasta anterior. Grecia también colocó deuda, en concreto 1.625 millones en letras a seis meses, con un interés del 4,9 por ciento.
Otra noticia bien recibida por los mercados fue el compromiso de la UE de apoyar a los bancos que suspendan las pruebas de solvencia, incluso con ayudas públicas.
Sin embargo, la pieza fundamental del rompecabezas, el segundo rescate de Grecia, sigue sin cuadrar.
El BCE y algunos países, como España, insisten en que la participación del sector privado en el rescate debe ser voluntaria para evitar que las agencias de calificación declaren el impago.
Sin embargo, las tesis lideradas por Alemania ganan fuerza. El ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, aseguró en Bruselas que un impago de Grecia "ya no está excluido".
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió hoy responsabilidad a los países "más poderosos" de la zona del euro para calmar los ataques contra la deuda de los socios periféricos. EFE