Pekín, 11 jul (EFE).- La multinacional suiza Nestlé confirmó hoy sus planes de comprar el 60 por ciento de la mayor fabricante de productos de repostería y confitería de China, Hsu Fu Chi, por unos 1.720 millones de dólares (1.210 millones de euros), según un comunicado conjunto de las dos firmas.
Si la negociación llega a buen puerto y la adquisición es aprobada por las autoridades chinas, Nestlé se auparía al segundo lugar en el mercado chino de repostería y confitería, sólo por detrás de la estadounidense Mars, completando además una de las mayores compras de acciones de una firma china por parte de una rival extranjera.
Los rumores de esta adquisición comenzaron a circular ya la semana pasada en los medios económicos, lo que obligó a Hsu Fu Chi a interrumpir temporalmente su cotización en la Bolsa de Singapur.
El acuerdo mantendría a la familia taiwanesa Hsu, fundadora de la empresa, con un 40 por ciento de las acciones de la firma, mientras que Hsu Chen, miembro del clan y uno de los hombres más ricos de Taiwán, se mantendría como presidente y jefe ejecutivo.
Con la posible operación, señalan los analistas, Hsu Fu Chi busca salir a los mercados internacionales, mientras que Nestlé por su parte tendría por objetivo entrar a una clientela, la de China, donde el sector movió en 2010 hasta 9.200 millones de dólares (6.500 millones de euros), un aumento del 63 por ciento con respecto a las cifras de hace cinco años.
Hsu Fu Chi, con sede en Dongguan (sur de China), es la mayor empresa china del sector por valor de mercado (unos 2.600 millones de dólares, o 1.800 millones de euros).
Por su parte, Nestlé emplea a 14.000 personas en China, donde tiene 23 fábricas y dos centros de investigación y desarrollo.
El pasado abril, la firma adquirió el 60 por ciento de la firma de alimentación china Yinlu Foods, cofabricante en China de Nescafé, uno de los productos insignia de la multinacional.
El interés de Nestlé recuerda al que en 2009 mostró el gigante de las bebidas Coca Cola por la mayor firma de zumos de China, Huiyuan, una operación que entonces se vio también como posiblemente una de las mayores adquisiciones extranjeras de una compañía china, aunque las autoridades del país asiático finalmente no la autorizaron.
En aquella ocasión se recurrió a la Ley Antimonopolio china, entonces recién aprobada, señalando que con tal compra Coca Cola adquiriría una excesiva posición de dominio en el mercado chino de las bebidas.
Sin embargo, los analistas han aventurado que en esta ocasión Pekín no pondrá trabas a la operación, al tratarse de un sector más abierto y con mayor competencia. EFE