Jorge A. Bañales
Washington, 11 jul (EFE).- El presidente estadounidense, Barack Obama, desafío hoy a republicanos y demócratas a que paguen el precio político por un acuerdo que impida que Estados Unidos suspenda en breve los pagos de sus deudas e inicie la reducción de sus déficit fiscales.
"Estados Unidos siempre ha pagado sus deudas y no dejará de pagarlas", prometió Obama en una conferencia de prensa en la que aseguró que se llegará a un acuerdo que incremente el empréstito nacional antes de que el país sobrepase su límite actual fijado en 14,29 billones de dólares.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo poco antes de iniciarse esta tarde otra reunión con el presidente en la Casa Blanca, que las propuestas hechas por Obama siguen siendo "inaceptables, porque incluyen aumentos de impuestos".
Boehner coincidió con Obama en que es necesario que se incremente el límite de empréstito autorizado por el Congreso, pero sostuvo que ello debe reflejar "un entendimiento bipartidista sobre la necesidad de reducir el gasto del Gobierno".
Obama señaló que él está "listo para aguantar muchas críticas" de su propio Partido Demócrata y añadió que espera que "los republicanos también estén dispuestos, si es que realmente quieren lo que dicen que quieren".
Estados Unidos es uno de los pocos países en donde el nivel de endeudamiento nacional requiere la aprobación del Legislativo.
Tradicionalmente, el Congreso ha revisado con tiempo el techo de la deuda, pero en este año preelectoral y de bajo crecimiento económico la cuestión se ha convertido en rehén de las luchas partidistas.
Lo que está en disputa es qué mecanismos adoptará el gobierno de Estados Unidos para reducir su déficit, que este año llegará a unos 1,2 billones de dólares. De acuerdo con sus posiciones tradicionales, los republicanos quieren más cortes en los gastos sin que haya más impuestos, y los demócratas quieren preservar los programas sociales y cobrar más impuestos a los ricos.
Pero esta controversia anual se combinó ahora con la proximidad del límite del endeudamiento: Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo cuyo nivel de empréstito ha de autorizar el Congreso, y a ese límite se llegará el 2 de agosto.
La posibilidad de ver a la primera economía del mundo en suspensión de pagos, aunque sólo sea por unos días o semanas, resulta inimaginable en todos los círculos financieros.
Los republicanos, espoleados por el movimiento ciudadano Tea Party que forma su ala más militante en la Cámara de Representantes, se oponen a aprobar un incremento del empréstito autorizado, si no obtienen lo que quieren en materia de recortes del gasto público.
Como recordó hoy Obama, EE.UU. nunca ha dejado de pagar sus deudas y por ahora, aunque quedan apenas tres semanas para que venza el plazo, los mercados financieros no muestran demasiadas aprehensiones por una eventual suspensión de pagos, pero el tiempo juega en contra.
Obama instó hoy a los republicanos a que sigan "apuntando a un plan grande", refiriéndose a su propuesta de recortar el déficit en unos 4 billones de dólares a lo largo de la próxima década. El programa de Obama incluye reducción de gastos del gobierno, pero también aumento de impuestos.
Los republicanos han jurado -literalmente- que no aceptarán nuevos impuestos y siguen bregando por más recortes en partidas como el Seguro Social y los subsidios de gastos médicos para pobres y ancianos que son, como los describió Obama, "vacas sagradas" para los demócratas.
El presidente dijo también, respecto al límite de endeudamiento, que no aceptará acuerdos provisionales que posterguen el plazo por 30, 90 o 180 días, y sostuvo: "sería irresponsable que sigamos postergando el aumento: esto es Estados Unidos, no manejamos nuestros asuntos por incrementos de tres meses".
"Tenemos un imperativo moral de lidiar con la deuda y con el déficit, y eso lo hemos escuchado una y otra vez de los republicanos", sostuvo Obama.
"Si no es ahora, ¿cuándo?", se preguntó varias veces el presidente, pensando en que dentro de seis meses escasos comenzará la carrera para las elecciones presidenciales y generales de 2012.
"Un acuerdo requerirá que tanto demócratas como republicanos cedan un poco en lo que han sido sus principios intocables, desde los impuestos a los programas sociales", explicó Obama.
"Pero lo que yo no puedo aceptar y no aceptaré es un acuerdo en el que cedamos todo y no obtengamos nada", añadió el presidente.
"Si cada parte quiere quedarse con el cien por cien de lo que son sus presupuestos ideológicos, no obtendremos un acuerdo", advirtió. EFE