Pedro Vega
Madrid, 13 mar (EFE).- El próximo fin de semana, en Cancún
(México), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) celebrará su
asamblea anual en la que analizará la situación y perspectivas de
las economías del continente.
En un informe previo a la reunión, su presidente, Luis Alberto
Moreno, ha trazado un diagnóstico de moderado optimismo. La crisis
"parece haber acabado", aunque el proceso de recuperación será lento
y desigual.
Moreno adelantó un crecimiento de entre el 3 y el 4 por ciento en
2010, por debajo del crecimiento que registraba antes de la crisis,
con países como los centroamericanos y México que tendrán mayores
dificultades debido a la lentitud con la que recupera su principal
mercado, Estados Unidos.
Otros países de la zona, como Brasil, productores de materias
primas, se verán favorecidos por la demanda procedente de economías
emergentes.
No obstante, el informe previo a la reunión de Cancún hace
hincapié en el enorme lastre de la pobreza en la región con cerca de
200 millones de pobres y una economía sumergida que "se traga" cerca
del 50 por ciento de la actividad económica. Como recetas para
neutralizar ese peso el BID recomienda a los Gobiernos un mayor
saneamiento de sus cuentas públicas y atención al desarrollo social.
En los mercados financieros, los inversores han seguido con
atención los datos sobre las solicitudes de subsidio por desempleo
en EE.UU., donde el déficit comercial bajó un 6,6 por ciento en
enero, mientras que el superávit de la Unión Europea bajó un 56 por
ciento.
Y en las dos principales economías de la zona euro, Alemania y
Francia, la producción industrial subió en enero un 0,6 y un 1,6 por
ciento, respectivamente. En el conjunto de la Unión Europea, la
producción aumentó un 1,8 por ciento, mientras que en España bajó un
1,1 por ciento.
Los indicadores han propiciado una semana de relativa
tranquilidad en las bolsas que saldaron la semana con ligeras
ganancias, aunque con modestos volúmenes de negocio.
En España, nueva tormenta sobre el sistema financiero, bancos y
cajas. Después de la rebaja de la calificación de Moody's a la banca
española, el pasado julio, que afectó a 36 entidades, entre ellas
"los dos grandes", Santander y BBVA, la agencia de medición de
riesgos ha hecho esta semana un nuevo apercibimiento al sistema
financiero español.
Considera Moody's que se está demorando la reestructuración y
consolidación del sector que, a su juicio, se ve agravado por "el
escaso flujo de fondos públicos al sistema financiero". Y avisa que
podrían sufrir presiones a la baja en sus calificaciones. En
lenguaje futbolístico: tarjeta amarilla.
En opinión de las Cámaras de Comercio, el sistema financiero
español está "tocado", y esa situación no se quiere reconocer.
El presidente de esta organización, Javier Gómez Navarro,
aseguraba esta semana que las entidades financieras "nunca
recuperarán" el 30 por ciento de la deuda que tiene el sector
inmobiliario con la banca y que estimó en 97.500 millones de euros.
Gómez Navarro añadía que muchas entidades entrarán en números rojos
en el primer semestre por la caída de ingresos que provoca el
descenso del Euríbor.
La OCDE dibujó el miércoles un negro horizonte para la economía
española y estimó en 10,6 puntos el recorte del PIB de España a
largo plazo debido a la crisis, frente a una media de 3,1 puntos en
los países miembros, porcentaje que sólo será superado por Irlanda
(11,8 puntos).
En otro orden de cosas, el Índice de Precios al Consumo de
febrero bajó dos décimas, lo mismo que la tasa interanual que quedó
en el 0,8%, frente al 1% de enero, mientras que la venta de
viviendas cambió de tendencia y, por primera vez en más de dos años,
subió en enero un 2,1 por ciento.
La próxima semana, los inversores estarán pendientes de la
reunión de la Reserva Federal sobre tipos de interés y de la
inflación y producción industrial, también en EE.UU., mientras que
en Europa la atención se dirigirá a la evolución de los precios y al
índice de confianza de los inversores alemanes.
EFE