Por Richard Martin
(Reuters) - Luis Enrique expresó su agradecimiento por haber podido contar con el "extraterrestre" Lionel Messi en la cumbre de su carrera durante sus tres años como entrenador del Barça, que terminó con una victoria 3-1 sobre Alavés para ganar la Copa del Rey el sábado.
Messi anotó el gol inaugural del tercer triunfo consecutivo de Copa del Barça bajo Luis Enrique y jugó un papel crucial en los tantos de Neymar y Paco Alcácer que acabaron con el club vasco.
Messi se convirtió en el máximo goleador de la historia de la Liga en su primera campaña bajo Luis Enrique, que terminó con el segundo triple del club y terminó como máximo goleador de las cinco mayores ligas de Europa con 37 goles esta temporada.
La relación de la pareja parecía muy tensa a mitad de la primera temporada tras un desencuentro en un entrenamiento, que resurgió cuando Messi quedó fuera de la alineación titular en una derrota por 1-0 ante la Real Sociedad.
Pero no hubo más que aplausos para el jugador en la rueda de prensa final de Luis Enrique.
"¿Messi fuera de lo normal? Es extraterrestre. Lo que hace, cómo supera jugadores, la superioridad que genera en el centro del campo. He tenido la oportunidad de disfrutar al mejor Messi, o a uno de los mejores Messi. Ha sido un verdadero placer (trabajar con él)", dijo Luis Enrique de Messi, que recogió su 30º trofeo con el Barcelona un mes antes de cumplir 30 años.
"Para ser un número uno no hay que ser solo un elegido sino que hay que ser físicamente muy fuerte y Messi lo es. Se cuida al máximo y no necesita de su físico para generar superioridad. Hay Messi para largo y mucho tiempo. Espero que sea así para que nos toque disfrutar muchos años de su nivel", añadió.
Luis Enrique es el tercer entrenador más galardonado del Barça de todos los tiempos, con nueve trofeos detrás de Johan Cruyff (11) y Pep Guardiola (14), que también terminó su era levantando la Copa del Rey en el Vicente Calderón.
Luis Enrique dijo que no se arrepentía de anunciar su decisión de abandonar el club en marzo.
"No me sabe mal irme. Lo necesito y también lo necesita el equipo. Estos jugadores necesitan estímulos intensos y eso supone dos o tres temporadas", dijo.
"(No siento) tristeza, sino alegría total. He decidido yo que lo mejor era pararse. A mi y al equipo nos vendrá de maravilla, porque la exigencia máxima implica desgaste. Si alguien me dice al llegar que iba a tener la ocasión de ganar nueve título de los trece posibles... Es un número muy bueno, aunque me hubiera gustado ganar la Liga y disputar la final de la Champions", dijo.