La dilución es el impacto que las suscripciones o los reembolsos pueden tener cuando se valora un fondo, esto es, la diferencia entre el valor liquidativo al que se contrata o desinvierte un fondo por parte del partícipe y el precio de mercado al que el gestor tiene que comprar o vender los activos subyacentes del fondo para poder atender la petición del partícipe. La diferencia a veces puede ser elevada dependiendo de la liquidez del mercado y el estrés o volatilidad al que esté sometido, y es asumida por todos los partícipes que están dentro del fondo. La consecuencia directa es que la rentabilidad neta del fondo cae.
,Para solventar esta problemática, existe la técnica del ‘swing pricing’, que tiene como fin reducir para los partícipes del fondo el coste de reorganizar la cartera cuando hay entradas o salidas de dinero. Así, el valor liquidativo se ajusta al alza o a la baja en función de si la variación de pasivos es positiva o negativa. El supervisor financiero de Reino Unido aprobó este mecanismo en 2001, en Luxemburgo existe desde 2006 y a Francia llegó en 2014.
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