Antes de ver hacia dónde vamos, hay que analizar de dónde venimos. “Llueve sobre mojado. Es muy importante no olvidar que el deterioro económico que va a producirse en los próximos meses no se debe al coronavirus, sino que ya son muchos los meses en los que los indicadores adelantados nos estaban apuntando a que 2020 sería un año de claro enfriamiento económico. El virus lo único que ha hecho ha sido acelerar y agravar este proceso”, pone en contexto Marc Ciria i Roig, director general de la agencia de valores Diagonal Inversiones.
Las previsiones sobre el virus son optimistas dentro de la cautela lógica. Otra cosa distinta es el efecto económico que deja. “El virus pasará, porque se encontrará una vacuna o porque se controlará su expansión, como ha ocurrido en China. Pero que se pueda corregir el daño dependerá de las medidas que se tomen para contrarrestarlo”, y eso va ligado a si hay “una actitud de liderazgo y valentía por parte de los políticos y los bancos centrales”, apunta Víctor Alvargonzález, fundador de Nextep Finance. De momento, la respuesta es “de muy baja intensidad” pero, probablemente, “lo que está ocurriendo en los mercados despierte a los políticos y al BCE”. Hoy por hoy, la única que ha sido capaz de ver la gravedad de la situación es la Fed, que ya bajó por sorpresa sus tipos de interés en 50 puntos básicos.