El presidente del Gobierno remitió ayer un editorial a los principales diarios europeos -entre otros, El País, Le Monde, The Guardian, Le Soir o Frankfurter Allgemeine- defendiendo la postura a favor de España en torno a los famosos coronabonos, que comparte la mayoría de países europeos, y abogando por el momento de la solidaridad comunitaria. En la carta a la UE, otros países como Francia, Portugal, Bélgica o Irlanda también apoyan esta iniciativa.
Salvo contadas excepciones, los gestores de fondos están a favor de los coronabonos, aunque no con barra libre. Muestran ciertas reticencias y ven lógico que a los países más beneficiados por ellos, como sería el caso de España, se les exija una serie de compromisos. “El principio básico de una emisión de bonos es que la deuda tiene que pagarse. Si los países del norte recelan de los coronabonos o eurobonos en general es porque no confían del todo en que los países del sur lo hagan”, apunta Rafael Peña, socio fundador y cogestor de Olea Gestión. En su opinión, después de la crisis del Covid-19 habría que hacer políticas de austeridad, aunque esto “no tiene por qué significar lo mismo que recortes del gasto público”. Habría que buscar una “mayor eficiencia en el gasto”, rebalanceando unas partidas en detrimento de otras.