La Haya, 9 ago (.).- La entidad bancaria ABN Amro (AS:ABNd) registró un beneficio neto de 1.393 millones de euros en el primer semestre de este año, casi el doble que en el mismo periodo de hace un año, gracias a la subida de los tipos de interés, según los resultados publicados este miércoles por el banco neerlandés.
La entidad obtuvo un beneficio de 870 millones de euros entre abril y junio de este año, frente a los 475 millones registrados en el segundo trimestre de hace un año (un 83 % más), y un 66 % frente al primer trimestre de este año, cuando el beneficio fue de 523 millones de euros.
Esto hace que el beneficio neto durante el primer semestre de 2023 ascienda a 1.393 millones de euros, un 81 % más que en el mismo periodo del año pasado, que sumó 770 millones.
Además, el resultado operativo del primer semestre ascendió a 1.823 millones de euros, un 84 % más que durante los primeros seis meses del año pasado, mientras que el beneficio antes de impuestos fue un 90 % superior al del primer semestre de 2022, con 1.877 millones de euros.
“Una vez más obtuvimos un resultado financiero muy sólido, impulsado por altos ingresos netos por intereses y liberaciones por deterioro, en un entorno en el que persistía la incertidumbre macroeconómica y geopolítica. Estoy orgulloso del compromiso continuo que demostramos con nuestros clientes en el último trimestre”, señaló Robert Swaak, director general de ABN Amro.
Durante el último trimestre, el margen de intereses, beneficiado por el entorno de tipos de interés más elevados, se situó en 1.622 millones de euros y las comisiones se mantuvieron estables.
Además de los tipos de interés, el banco se benefició de la viabilidad de sus clientes para devolver sus préstamos, por lo que no se necesitó apartar una gran cantidad de fondos para préstamos incobrables. “La calidad crediticia se mantuvo sólida en el segundo trimestre. El impacto de la desaceleración económica en nuestra cartera de préstamos ha sido limitado hasta ahora”, agregó Swaak.
Los gastos del primer semestre sumaron 2.543 millones de euros, un 10 % menos que los 2.829 millones gastados en operaciones en el mismo periodo de 2022. En el segundo trimestre de este año, el gasto fue un 19 % menos que en el primer trimestre.
ABN Amro subraya que los costes previstos para 2023 rondan ahora los 5.200 millones de euros y que no prevé alcanzar el próximo año su objetivo de ahorro de costes (4.700 millones en 2024), puesto que las inversiones para 2023 y la inflación son más altas, lo que hace necesario “más esfuerzo del esperado”.
La entidad admite que la economía neerlandesa “se enfrió un poco y la incertidumbre y la inflación persistentemente alta continuaron ejerciendo presión sobre los clientes”, pero celebró que “a pesar de esta desaceleración, el mercado laboral se mantuvo ajustado y los balances de las empresas y los hogares fueron sólidos”, lo que permitió que el banco “sea resistente, con un perfil de riesgo estable y un balance sólido”.