Por Abhinav Ramnarayan y Lawrence White
LONDRES (Reuters) - Barclays (LON:BARC) ha empezado a cambiar la propiedad directa de sus filiales en Francia, Alemania y España desde una entidad con sede en Reino Unido a su banco irlandés, según fuentes con conocimiento directo de los planes, antes de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. La decisión muestra la puesta en práctica de los planes de contingencia de Barclays ante el Brexit, al igual que otros bancos que no están esperando el resultado de las negociaciones sobre cómo operarán los servicios financieros después de que el país abandone la UE en marzo.
El banco británico describió sus planes para ampliar su entidad irlandesa en una presentación a inversores a principios de este mes, diciendo que la unidad consistiría principalmente en actividades corporativas, de inversión y banca privada de Barclays y su negocio de tarjetas de crédito Barclaycard en Alemania.
Además de las filiales francesa, alemana y española, Barclays trasladará a la larga todas sus unidades europeas bajo el control de Barclays Bank Ireland, dijo una de las fuentes.
Sus otros negocios principales de banca corporativa y de inversión en Europa incluyen Luxemburgo, Suiza, Portugal, Italia y los Países Bajos, según una revisión de Reuters de los registros de la compañía.
Barclays Bank Ireland tendrá activos totales de alrededor de 224.000 millones de libras (unos 250.700 millones de euros) tras absorber todo el negocio europeo, dijo Barclays en su presentación a los inversores, de los 1,1 billones de libras de todo el banco a finales de 2017.
Barclays ya no opera un negocio de banca de consumo en Europa, tras vender la última de sus operaciones minoristas en 2016 al cambiar el banco su estrategia mundial para centrarse en Estados Unidos y Reino Unido.
Aunque las filiales europeas de Barclays seguirán siendo propiedad de su compañía holding cotizada en Londres, el cambio en la estructura organizativa demuestra cómo las entidades están trasladando negocios para tratar de evitar cualquier trastorno que pueda causar el Brexit.
(Editado por Mark Potter; Traducido por Blanca Rodríguez)