A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, hay una importante cuestión económica en la mente de la gente: Una política de reducción de las regulaciones gubernamentales, si la aplicara el ex presidente Trump en un posible segundo mandato, ¿favorecería el crecimiento económico?
Ambos candidatos presidenciales se enfrentan a limitaciones para aumentar el gasto público. El ex presidente Trump ha propuesto reducir las regulaciones como medio para estimular la expansión económica de Estados Unidos.
Por el contrario, las políticas del presidente Biden, que priorizan la protección del medio ambiente y los derechos de los trabajadores, han aumentado los costes operativos de las grandes empresas.
De hecho, durante el mandato inicial de Trump, la atención se centró en disminuir las cargas normativas para facilitar la realización de negocios. Aunque medidas como los presupuestos de las agencias federales y la frecuencia del lenguaje limitativo en el Código de Reglamentos Federales no mostraron una gran disminución, la administración de Trump emprendió acciones significativas para reducir las regulaciones en materia ambiental y energética, servicios financieros y gestión del tráfico de datos y velocidades de los proveedores de servicios de Internet.
Sin embargo, la administración Trump también aumentó ciertas regulaciones, por ejemplo, las relativas a los precios de los productos farmacéuticos y los productos del tabaco que contienen nicotina.
Si Trump llegara a un segundo mandato, es probable que se propusiera reducir las barreras regulatorias para la exploración y producción de petróleo y gas natural, aumentar la exportación de gas natural licuado y hacer retroceder las limitaciones a las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático. El marco regulador de la sanidad podría sufrir menos alteraciones, teniendo en cuenta las anteriores medidas de Trump para controlar los precios farmacéuticos.
Los expertos han sugerido que, bajo una segunda administración Trump, la normativa financiera podría sufrir ajustes, y las normas que rigen la financiación al consumo podrían cambiar más rápidamente que las relacionadas con el capital y la liquidez de los bancos. También es probable que se relaje ligeramente la aplicación de las leyes que impiden las prácticas anticompetitivas, aunque probablemente persistirían los litigios contra las grandes empresas tecnológicas, como señalan estos expertos.
Las industrias que pueden beneficiarse de una reducción de la normativa ya han demostrado mejoras relativas de rendimiento en el mercado bursátil tras el debate presidencial. Las empresas de sectores muy regulados, como el juego y los mercados financieros, han registrado mejores resultados, lo que refleja la confianza de los inversores en el potencial de una política de menos regulaciones.
Aunque las investigaciones de fuentes académicas indican que una menor regulación podría mejorar las actividades económicas, el efecto de la desregulación durante el primer mandato de Trump fue mínimo en la economía en general, según los analistas financieros.
Por lo tanto, aunque una política de reducción de la normativa pueda proporcionar ventajas a determinados sectores, no se conoce definitivamente su influencia general en el crecimiento económico.
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