Madrid, 10 may (EFE).- Buena parte de los clientes y los empleados de Bankia, reaccionaron con calma y tranquilidad un día después de conocerse que el Estado español nacionalizará el grupo, aunque algunos temen que en el futuro acabe en manos de otras entidades.
BFA-Bankia, considerada una entidad sistémica por su tamaño, es la cuarta mayor de España, pero con una cartera de créditos que la convierte en la primera firma hipotecaria del país.
Sus activos son de 305.820 millones de euros, tiene unos diez millones de clientes, en torno a 400.000 accionistas y más de 3.000 oficinas.
El consejo de administración de BFA, participada hasta ahora por otras siete cajas de ahorros, pidió ayer la entrada del Estado mediante la conversión en acciones de un préstamo de 4.465 millones de euros.
Esta operación dará al Estado una participación cercana al 100 % en la matriz, BFA, y el control del 45 % de Bankia.
Un día después de la decisión del gobierno conservador de Mariano Rajoy, los clientes se acercaron a las sucursales en las que les aseguraron que sus ahorros están garantizados.
Entre los empleados del grupo, más de 20.000, se cruzan opiniones sobre qué les deparará la toma de control de Bankia por parte del Estado.
"Los más optimistas" creen que el banco podrá salir adelante por sí solo y recuerdan que las siete entidades que lo forman tienen importantes participaciones empresariales que podrían traer suculentos ingresos.
Bankia y su matriz son propietarias además de parte de grandes compañías españolas, entre ellas la eléctrica Iberdrola; la aseguradora Mapfre; o IAG, resultado de la fusión de las compañías aéreas Iberia-British Airways.
Los trabajadores destacaron la fidelidad de su clientela, aunque admitieron ser "conscientes" de que el nuevo equipo gestor, encabezado por José Ignacio Goirigolzarri quien sustituyó ayer miércoles a Rodrigo Rato, exdirector del FMI, podría optar por vender parte de la red para sanear el grupo.
El grupo perdió hoy en bolsa un 1,17 % de su valor. Desde que empezó el año, sus títulos han caído un 41,45 % y poco más de un 14 % sólo desde el pasado lunes, cuando Rodrigo Rato anunció que dejaría la presidencia de Bankia.
En cuanto a la clase política, el gubernamental PP culpa al Banco de España de la nacionalización de BFA, la matriz de Bankia, y de la mala gestión que hizo de la crisis financiera
El socialista PSOE, principal partido de la oposición, apoyó el proceso de reestructuración de Bankia, aunque su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que lo hacen por "responsabilidad" con los ahorradores y pide al Gobierno que aclare cómo será el final de este proceso para que no implique la pérdida de dinero público.
En medio, mañana el Consejo de Ministros aprobará una reforma del sistema financiero que prevé endurecer las provisiones inmobiliarias de la banca española a la que obligará a realizar un esfuerzo adicional en provisiones inmobiliarias de unos 35.000 millones de euros, lo que llevaría a pérdidas a varias entidades, que estarán abocadas a vender activos o fusionarse.
Para los expertos consultados por Efe, el hecho de que la reforma haya coincidido con la nacionalización de BFA-Bankia revela la clara intención del Gobierno de lanzar un mensaje de confianza a los mercados, que hasta ahora han dudado sobre la fortaleza del sistema financiero español.EFE
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