Natalia Kidd
Buenos Aires, 27 oct (EFE).- Los ministros de Exteriores de Latinoamérica y el Caribe y de la Unión Europea (UE) afianzaron este jueves en Buenos Aires los lazos históricos entre las dos regiones, aún con sus diferencias en algunas temas, pero convencidos de que pueden hacer un aporte positivo en el complejo escenario global.
Los ministros de 54 países de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) retomaron el diálogo tras cinco años de celebrada la última reunión de este tipo, un lapso en el que ha cambiado drásticamente el panorama mundial con la pandemia de covid-19 y con la guerra en Ucrania y sus múltiples consecuencias.
"El 2023 tiene que ser el año de América Latina en Europa y de Europa en América Latina", afirmó el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, en la rueda de prensa de conclusión de la cita ministerial en Buenos Aires.
Borrell aseveró que el "tamaño" de la "acción conjunta" de ambos bloques "puede hacer la diferencia" porque América Latina y Europa juntas pueden "hacer grandes contribuciones para resolver los problemas globales".
Aseguró que el reencuentro de este jueves no es la consecuencia "mecánica" a las dificultades por las que atraviesa la UE sino que "hace ya tiempo que se viene incubando el sentimiento de que Latinoamérica y el Caribe no están lo suficientemente altos en la agenda política europea".
Borrell apuntó que es "evidente que 54 países no pueden estar de acuerdo en todo", pero precisamente por eso es "necesario" reunirse, discutir y cooperar más en objetivos comunes "evidentes": contribuir a la paz mundial, a construir democracias estables, a un progreso económico compartido y sostenible y al respeto de los derechos humanos.
EFECTOS DE LA GUERRA
La actual situación económica, los problemas de suministro de alimentos y energía y el alto endeudamiento fueron temas sobre la mesa en la cita en Argentina, país que preside este año la Celac.
Borrell sostuvo que hay que buscar una solución que alivie la excesiva carga de la deuda que soportan muchos países como consecuencia de los desequilibrios económicos que se han generado durante la pandemia.
"Hemos hablado de las ondas de choque que la guerra en Ucrania produce en el mundo", sostuvo Borrell, quien destacó que Latinoamérica "ha sido la región del mundo que de manera más consistente y más unánime ha condenado la agresión de Rusia a Ucrania y ha pedido el fin de la guerra".
El ministro de Exteriores argentino, Santiago Cafiero, observó que las consecuencias de la guerra golpean a diario las puertas de Latinoamérica y el Caribe, cuyas capacidades para hacer frente a estos efectos son "muy bajas".
DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS
En el diálogo ministerial también estuvo presente el tema de la democracia y los derechos humanos, con menciones expresas a las situaciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Cafiero recalcó que cada país fue "libre de expresarse" sobre este punto pero excusó revelar la posición de cada ministro dado el carácter cerrado del encuentro.
Por su parte, Borrell apuntó que no es desconocido que las relaciones de la UE con Nicaragua son "difíciles" y sostuvo que "los reproches han sido mutuos".
Explicó que la UE ha aplicado sanciones a algunos países latinoamericanos pero siempre orientadas al "personal político responsable" y no a los ciudadanos, a diferencia de lo que ocurre con el bloqueo estadounidense contra Cuba, que la UE y la Celac rechazan.
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