Madrid, 27 abr (.).- La pandemia hace peligrar 4,4 millones de empleos y 250.000 millones de euros del sector turístico español, que no podrá recuperar los niveles pre-covid hasta el año 2024 para el turismo nacional y hasta 2025 para el internacional.
Por ello, serán necesarias palancas de recuperación "más creativas" para identificar nuevos segmentos de demanda turística y crear productos que las atiendan y mejorar la competitividad del sector, con ideas innovadoras de cooperación entre empresas del sector y mayor colaboración público-privada para una gestión más activa del turismo.
Según un informe sobre el turismo de la consultora McKinsey, las fuertes restricciones a la movilidad y una gestión "ineficiente" de la reactivación y adaptación al nuevo contexto podrían provocar la pérdida de más de 250.000 millones de euros y 4,4 millones de empleos hasta 2024.
Para la recuperación la consultora cree que es preciso potenciar los atractivos turísticos e incentivar el turismo nacional para que compense las pérdidas derivadas de la ausencia de viajeros extranjeros. El informe sitúa a Cataluña, Baleares y Andalucía como las comunidades con mayor poder de atracción.
Las empresas de turismo tendrán que volverse más ágiles para ser capaces de reaccionar de manera más rápida a los cambios en la demanda e innovar en la forma en la que interactúan con los clientes.
La digitalización y la innovación serán otras de las palancas clave que ayudarán en la recuperación del sector.
Aquellas compañías que trabajen con empresas de otros sectores para identificar nuevos segmentos de turismo con demandas particulares y crear productos que las atiendan, podrán abrir más fuentes nuevas de ingresos y transformar segmentos vulnerables del turismo, como los eventos y los viajes de negocios.
Destaca que en España se están popularizando muchos destinos pequeños o rurales, pero las organizaciones que gestionan los destinos locales carecen de suficiente presupuesto y capacidad para capitalizar esta tendencia y publicitar a escala los rasgos únicos de sus respectivas regiones para atraer un flujo significativo de turistas.
Para ello propone establecer una colaboración entre las gestoras de estos destinos locales a través de grupos o clusters de turismo y señala los ejemplos de la región alemana de Schleswig-Holstein o el Wellness Cluster Tirol en Australia.