Buenos Aires, 11 oct (.).- La Cámara de Diputados argentina aprobó este miércoles, tras una larguísima sesión que no culminó hasta pasadas las cinco de la madrugada (08.00 GMT), un proyecto de reforma de la ley de alquileres impulsado por el oficialismo.
Tras una prolongada serie de negociaciones, los votos a favor de 128 diputados -los del gobernante Frente de Todos (peronista) y los de varios legisladores regionales y de los partidos de izquierdas- hicieron posible que saliese adelante la reforma, con la que se modifica la ley que regula los alquileres de inmuebles en Argentina.
Al proyecto se opusieron 114 diputados pertenecientes a la coalición Juntos por el Cambio (centroderecha), al espacio libertario liderado por el candidato a presidente Javier Milei y a fuerzas políticas regionales.
Los precios del alquiler de los inmuebles en el país suramericano se han disparado e incluso se están fijando en dólares en el difícil escenario económico que transita Argentina, donde el valor de la moneda estadounidense en el mercado informal superó los 1.000 pesos por dólar este martes.
La Ley de alquileres, que entró en vigencia en el año 2020, ha sido objeto de fuertes controversias entre propietarios e inquilinos.
Con la reforma aprobada, los contratos entre ambas partes se mantendrán por tres años, pero tendrán una actualización semestral (hasta ahora era anual) y deberán ser estipulados en pesos argentinos.
La reforma del texto también impone que el precio de los inmuebles destinados al alquiler que aparezcan en cualquier medio o plataforma deberá aparecer en la moneda argentina.
En un escenario económico como el del país suramericano se torna imposible acceder a préstamos hipotecarios o ahorrar para comprar una vivienda e incluso para alquilarla.
Además de las garantías a presentar y de la escasa y cara oferta de propiedades disponibles para la renta, los pagos se ajustan por inflación en un país donde el 20,7 % de los habitantes de los grandes centros urbanos alquila su vivienda.
En la Ciudad de Buenos Aires, los altos precios impiden a gran parte de la población alquilar siquiera un monoambiente o estudio, empujándoles hacia zonas con infraestructura y servicios de menor calidad.
Según un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, el alquiler promedio de un estudio en Buenos Aires fue en julio de 120.000 pesos (328 dólares al tipo de cambio ), cifra que supera la de un salario mínimo en Argentina y que implica un alza del 145 % respecto a los valores de igual mes de 2022.
De acuerdo al mismo informe, el porcentaje de viviendas ofrecidas en alquiler por un pago fijado en dólares estadounidenses ya es del 52,4 %.