Madrid, 27 sep (.).- El Banco de España ha decidido mantener en el 0 % el porcentaje regulatorio del colchón de capital anticíclico (CCA) que deben acumular los bancos durante el cuarto trimestre del año ante el actual entorno marcado por la evolución moderada del crédito y del mercado inmobiliario.
El colchón de capital anticíclico es un instrumento macroprudencial diseñado para reforzar la solvencia del sistema bancario mediante la acumulación de capital en fases de bonanza económica, para utilizarlo posteriormente cuando se materialicen riesgos para la estabilidad financiera, explica la entidad.
Los últimos datos disponibles muestran que este indicador continúa en terreno negativo y con tendencia descendente, alejándose así del umbral de alerta, debido fundamentalmente al crecimiento de la actividad económica y, también, a la contracción del crédito iniciada a finales de 2022, explica la entidad.
En este sentido, se espera que este descenso continúe en los próximos trimestres, aunque el entorno actual continúa sometido a una elevada incertidumbre, debido a factores como las presiones inflacionarias, el endurecimiento de la política monetaria para afrontarlas o la evolución de la invasión rusa de Ucrania.
Adicionalmente, el Banco de España analiza una relación de indicadores macrofinancieros que, en conjunto, tampoco muestran señales de acumulación de vulnerabilidades sistémicas.
La persistencia de las presiones inflacionarias y las tensiones geopolíticas podrían generar riesgos a la baja sobre la evolución de la actividad económica lo que resta de 2023 y el comienzo de 2024, lo que nuevamente respalda el mantenimiento del porcentaje de colchón anticíclico en el 0 % para evitar posibles efectos adversos. Especial atención al sector inmobiliario
Con respecto al sector inmobiliario, se mantiene la moderación del crecimiento de los precios de la vivienda, iniciada a partir de junio de 2022, aunque dicha moderación se ha ralentizado.
Además, el Banco de España señala que sigue habiendo algunas señales de sobrevaloración de precios, aunque limitadas e inferiores a las de otros países de nuestro entorno.
Las señales de corrección son más evidentes en las transacciones inmobiliarias y la evolución del crédito, aunque continúan por encima del nivel medio observado en los años previos a la pandemia.
La entidad observa también cambios de magnitud poco significativos en los estándares de concesión de crédito nuevo. En concreto, una disminución moderada de las ratios entre el importe de las hipotecas residenciales sobre el valor de tasación de la vivienda (conocida como 'loan-to-value').
Por otro lado, aunque los tipos de interés de las hipotecas nuevas empezaron a repuntar durante el tercer trimestre de 2022, los diferenciales de estos tipos continuaron estrechándose y se observa una cierta estabilización.