Mientras el ex Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se enfrenta a la posibilidad de una sanción legal por no revelar un pago para silenciar a una actriz de cine para adultos, existe incertidumbre sobre su capacidad para competir en futuras elecciones presidenciales.
La Constitución de Estados Unidos especifica ciertos criterios para los candidatos a la presidencia, pero no aborda directamente la cuestión de las condenas penales. Esta omisión lleva al debate sobre si Trump podría ejercer legalmente como presidente en caso de ser elegido en 2024.
Para poder optar a la presidencia, la Constitución de EE.UU. establece que un candidato debe tener al menos 35 años y haber vivido en Estados Unidos un mínimo de 14 años. No enumera las condenas penales como motivo para inhabilitar a un candidato, lo que indica que Trump puede presentarse a la presidencia incluso después de haber sido condenado.
Históricamente, ha habido casos de personas que han hecho campaña para un cargo público mientras se enfrentaban a procesos judiciales. Por ejemplo, como señala un informe de Reuters, Eugene V. Debs, que se presentó cinco veces a las elecciones presidenciales con el Partido Socialista, hizo campaña en 1920 mientras cumplía condena por su oposición al conflicto militar.
Debs consiguió cerca de un millón de votos durante su campaña, a pesar de estar en la cárcel, lo que demuestra que enfrentarse a problemas legales no elimina automáticamente a alguien de hacer campaña presidencial.
Aún no se ha determinado el castigo exacto, en su caso, que decidirá el juez en el caso de Trump. Dado que es la primera vez que delinque y que el delito no es violento, es poco probable que Trump sea encarcelado, según el informe.
En Nueva York, las personas sin antecedentes penales que sólo son declaradas culpables de falsear documentos comerciales suelen enfrentarse a penas como multas o libertad condicional. El castigo más severo por el delito por el que Trump ha sido declarado culpable oscila entre un año y cuatro meses y cuatro años de cárcel. Sin embargo, los condenados a prisión por delitos comparables suelen pasar menos de un año encarcelados.
Si Trump recibe una pena más severa que una multa, puede ser confinado en su casa o tener que cumplir un toque de queda en lugar de ser enviado a prisión. Teniendo en cuenta el estatus de Trump como ex presidente con protección continua del Servicio Secreto, organizar su seguridad en un entorno carcelario presentaría retos logísticos.
También podría permitirse a Trump seguir en libertad mientras paga una fianza durante un recurso contra su condena.
Aunque el caso del pago para mantener el silencio se considera el menos grave de los cuatro casos penales a los que se enfrenta Trump, el veredicto de culpabilidad podría influir en las próximas elecciones.
Los resultados de las encuestas indican que una condena podría provocar una pérdida de apoyo a Trump, especialmente en los estados en los que los resultados electorales están muy reñidos. Según una encuesta de Reuters/Ipsos de abril, uno de cada cuatro votantes republicanos declaró que no votaría a Trump si fuera condenado en un juicio legal, y el 60% de los votantes independientes declaró que no le respaldaría si fuera declarado culpable.
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