Madrid, 25 jul (.).- España incrementó sus exportaciones de vino a Rusia un 78 % en 2022, hasta alcanzar un valor de 34 millones de euros, mientras que sus ventas de conservas pesqueras alcanzaron 124.395 euros, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio sobre los productos contra los que Rusia ha anunciado restricciones.
Rusia ha prohibido la importación de productos de pescado y de marisco procedentes de Estados "inamistosos", entre ellos España, a los que también ha elevado los aranceles a la importación de vinos, como respuesta a las acciones adoptadas contra su país por su invasión de Ucrania.
En el caso del vino, para España sí tiene más valor como destino Rusia y el año pasado crecieron las ventas, pero aún están por debajo de los caldos comercializados en el mercado ruso en 2019, el último año antes de la pandemia, cuando esas ventas alcanzaron un valor de 46,4 millones.
La prohibición contra las importaciones pesqueras afectará a conservas y envasados, ya que desde 2014 España, al igual que otros países occidentales, está afectada por el veto ruso que impuso Moscú a alimentos frescos precisamente por la posición de la Unión Europea (UE) en su conflicto con Ucrania.
Además, la balanza comercial española pesquera con Rusia es deficitaria para España, ya que en 2022 importó productos de mar por valor de 73,9 millones de euros (52,8 millones en 2021).
Sin embargo, según las estadísticas de Comercio, las ventas españolas de transformados del pescado crecieron significativamente y pasaron de tres kilos en 2021 a 26.282 kilos en 2022.
EL VETO RUSO
En 2014, Rusia aplicó un veto contra productos frescos de países occidentales en represalia por su postura en el conflicto con Ucrania, lo que en España afectó considerablemente al sector de frutas, pero también al comercio de carnes, pescados y mariscos.
En el ámbito pesquero afectó a frescos congelados y ahumados y supuso que España se quedara sin el mercado ruso para productos como el caviar o trucha, que habían encontrado en ese destino un lugar de expansión.
Pero el boicot le afectó menos que a países como Estonia, Finlandia, Lituania, Grecia, Lituania, Francia o el Reino Unido (en aquellos tiempos dentro de la Unión Europea).