Bruselas, 19 sep (.).- La Unión Europea quiere potenciar el tren para reducir sus emisiones de CO2, pero entre 1995 y 2020 el bloque comunitario ha invertido un 80 % más en carreras y aeropuertos que en líneas férreas, según un estudio publicado hoy por Greenpeace.
Los veintisiete Estados miembros de la UE más Reino Unido, Noruega y Suiza invirtieron en el período analizado 1,5 billones de euros en autopistas frente a 930.000 millones en conexiones ferroviarias y destinaron 130.000 millones de euros a construir infraestructuras aeroportuarias.
El estudio, elaborado por el Instituto Wuppertal y T3 Transportation Think Tank, muestra además que las líneas de tren se redujeron en un 6,5 % en esos quince años, mientras que los kilómetros de autopistas aumentaron en un 60 %.
Esto se traduce en unas 2.500 estaciones y 13.000 kilómetros menos de infraestructura ferroviaria, pese a que un viaje en tren libera por kilómetro y pasajero un 77 % menos de dióxido de carbono que un viaje en coche, apuntó Greenpeace.
España
De los treinta países analizados, España es el que más autopistas ha construido en ese período, alcanzando los 8.623 kilómetros, lo que supone que el 28 % de las nuevas autopistas de Europa son españolas.
"Entre 1995 y 2018, período del que se dispone de datos comparables a nivel europeo, España ha invertido casi un 50 % más en carreteras que en ferrocarriles", lo que se traduce en 139.700 millones de euros en carreteras y 93.900 millones en ferrocarriles, señala Greenpeace.
La plataforma ecologista destaca que España es el país europeo con la mayor red ferroviaria de alta velocidad desde 2010, año en que superó a Francia, y agrega que la longitud del conjunto de la red ferroviaria española creció un 14 % entre 1995 y 2020.
"España es el país con mayor crecimiento de la red ferroviaria de todos los países analizados. Este crecimiento se debe principalmente a las nuevas vías de alta velocidad", indica Greenpeace.
Pero la ONG critica que ese incremento haya sido a expensas de "la destrucción de la red ferroviaria regional", que desde 1995 ha perdido 22 líneas con un total de 949 kilómetros, aunque dos tercios de estas no han sido desmanteladas y podrían reabrirse.