Ginebra, 22 jun (EFE).- La minera suiza Glencore expresó hoy su protesta por la nacionalización de la mina de estaño y zinc Colquiri, en la provincia de La Paz, y anunció que se reserva el derecho a reclamar a Bolivia una compensación "justa" a través de todos las instancias judiciales nacionales e internacionales.
En un comunicado, Glencore indicó que su objetivo principal es "buscar una entrega ordenada del control de Colquiri con las autoridades bolivianas y garantizar el bienestar de su personal".
El decreto de nacionalización fue firmado hace dos días por el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, tras un conflicto que dejó 20 heridos en peleas con dinamita de grupos mineros rivales, unos a favor y otros en contra de la expropiación.
García Linera, que ya había anunciado esa nacionalización hacía diez días, fue el encargado de firmar el decreto debido al viaje a Brasil del presidente boliviano, Evo Morales, que asiste hoy a la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible (Río+20).
El texto de nacionalización establece que el Estado "asume el control del centro minero Colquiri, así como la dirección y administración directa sobre los yacimientos" que se habían otorgado a Sinchi Wayra, filial de Glencore, desde el año 2005.
En su comunicado, el gigante minero suizo recordó que la mina de Colquiri ha pagado royalties, impuestos y comisiones al Estado boliviano por un montante superior a los 70 millones de dólares, y que el conjunto de los pagos por todas sus operaciones al Gobierno y a Comibol han superado en total los 300 millones de dólares.
Glencore agregó que sus inversiones de capital en Bolivia superan los 80 millones de dólares (22 millones en Colquiri) y señaló que la nacionalización llegó cuando estaba finalizando "la renegociación de sus contratos de explotación minera con el Gobierno de Bolivia".
Según Glencore, el nuevo acuerdo hubiera dado al Estado una participación del 55 % de los beneficios (incrementando el control gubernamental de la mina hasta una horquilla de entre el 77 y el 79 %) y nuevos compromisos inversores por valor de 160 millones de dólares en los próximos cinco años, de los cuales 56 millones hubieran sido para la disputada mina de zinc y estaño.
Glencore agregó que hasta la fecha ha invertido 250 millones en la industria minera boliviana y en el conjunto de la economía.
"Nuestra inversión ofrece a muchas comunidades trabajos, educación, acceso a la sanidad y mejores infraestructuras", indicó la firma, que aseguró que su apuesta en Bolivia estaba destinada a maximizar el valor de los recursos naturales en favor del pueblo.
Glencore advirtió por último de que "la acción del Gobierno de Bolivia plantea una serie de preguntas importantes en relación a la política futura del Gobierno hacia la inversión extranjera en el sector de la minería". EFE