Madrid, 7 sep (.).- El consejero delegado de Repsol (BME:REP), Josu Jon Imaz, ha dicho que la energía no sólo es clima o transición ecológica y espera que en esta próxima legislatura, tanto en España como en Europa, la política energética tenga el foco en la competitividad y en un precio asequible para las familias y la industria.
Imaz, que ha participado este jueves en el VIII Foro de Energía del diario El Economista, ha manifestado que la energía, como política, "tiene que tener vida propia", y que la industria y la energía tienen que estar vinculadas porque esta última es un "factor clave" de competitividad industrial.
Ha señalado que se ha hecho un sistema energético en el que las familias el año pasado tuvieron problemas para pagar sus facturas energéticas y las industrias no han podido competir en muchos sectores.
Por eso, ha afirmado que hay que hacer una política con una visión que permita responder al mismo tiempo a la descarbonización, a la seguridad del suministro y que la energía tenga un precio asequible, pues ésto último es necesario para la competitividad de la economía.
Ha recordado que desde la UE, a raíz de la crisis energética que desencadenó la guerra de Ucrania, se compró gas en todos los lugares del mundo y los precios se dispararon "a niveles imposibles", lo que hizo que los países emergentes no pudieran comprarlo por no poder pagarlo y se pasaron al carbón para generar electricidad, lo que hizo que subieran las emisiones de CO2.
Para Imaz, "estamos haciendo trampas al solitario" y ha advertido que si se persiste en determinadas políticas se hará "energía cara" y no se descarbonizará.
Respecto al futuro Gobierno, ha dicho que habrá que ver qué Gobierno se forma y entonces Repsol valorará las medidas que pongan, pero también ha señalado que habrá que conocer las políticas de la UE, pues al año que viene hay elecciones europeas y se tendrá que formar un nuevo Parlamento.
"A mí me interesa más mirar a la UE, que es donde se están marcando los grandes ejes y decisiones energéticas", ha dicho Imaz, que ha recordado que luego son esas decisiones las que aplican los gobiernos de la Unión.
Según Imaz, en Europa sería bueno que hubiera estabilidad y predictibilidad en las políticas energéticas, con unas reglas del juego claras, neutralidad tecnológica y "sin restricciones ni prohibicionismos".
Por otro lado, Imaz, que ha recordado que en 2001 el 65,3 % de la demanda primaria de energía de España era petróleo y gas, y veinte años más tarde, en 2021, llegó al 67,8 %, se ha referido a los impuestos que pagan los automovilistas.
Ha señalado que hoy un automovilista español que llena su depósito está pagando en impuestos 327 euros por cada tonelada de CO2 que emite a la atmósfera, es decir cuatro veces más que el precio europeo del CO2, por eso ha dicho que las razones para subir impuestos serán otras, pero no la descarbonización.
El consejero delegado de Repsol ha añadido que hay que descarbonizar más, pero lo que se está haciendo con determinadas políticas, que dificultan a las entidades financieras financiar el gas y sus infraestructuras, es subir los precios y aumentar el consumo de carbón para producir electricidad en gran parte del mundo.
Ha añadido que si no se pone foco en que haya mucho más gas natural en el mundo para que sus precios bajen, las emisiones de CO2 van a aumentar, la gente va a tener problemas para pagar la energía y no se va a tener seguridad del suministro.
Imaz ha demandado una apuesta clara por los combustibles fósiles descarbonizados a la vez que por la generación renovable, pues la mitad de la demanda no va a poder electrificarse en los próximos 15, 20 ó 30 años.
Ha señalado que el vehículo eléctrico es muy importante, pero el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) tiene también que poner el foco en los combustibles líquidos renovables.