(Actualiza la EC2329 con más información)
Barcelona, 6 jun. (.).- Jordi Mercader Barata, el hijo del histórico presidente de Miquel y Costas (BME:MCM), Jordi Mercader Miró, tomará las riendas de la compañía asumiendo el cargo de presidente este mes, cuando se abrirá una nueva etapa en la que la papelera prevé invertir cien millones de euros entre 2024 y 2027.
Cumplidos los 80 años, Mercader padre dará así un paso al lado en la gestión de la compañía cotizada tras las próximas reuniones de la junta de accionistas y del consejo de administración, que tendrán lugar el 22 de junio, como ha explicado este martes en un contacto con periodistas.
El presidente de la firma durante 32 años, que ha admitido estar "en plena forma", ha asegurado que hace ya unos años que había decidido ceder la presidencia pero que el impacto que la crisis energética tuvo en la compañía hizo recomendable esperar para no enviar un mensaje de debilidad a los mercados.
NO SERÁ UNA REVOLUCIÓN, SINO UNA EVOLUCIÓN
"No habrá una revolución, sino una evolución", ha destacado Jordi Mercader hijo, que hasta ahora era vicepresidente ejecutivo de la papelera. El hasta ahora presidente se mantendrá como miembro del consejo de administración.
En la nueva etapa, la papelera prevé mantener la apuesta inversora de los últimos años y destinar, al menos, cien millones de euros para fortalecer su proyecto industrial e impulsar la innovación.
Este año la firma culminará el anterior plan trienal de inversiones de también cien millones con la ejecución de proyectos por 46 millones de euros.
El más destacado es la mejora del proceso productivo de una de las máquinas de la fábrica de la Pobla de Claramunt (Barcelona), que fabrica papeles para la industria de la alimentación, las baterías de automóvil y el laminado decorativo, aunque también se destinarán 10 millones a la planta de Celesa en Tortosa (Tarragona), 8 al almacén de Capellades (Barcelona) y otros 8 a la de Mislata (Valencia).
Mercader hijo ha asegurado que la estrategia de negocio se basará en cuatro pilares: la apuesta por la calidad, la innovación, la sostenibilidad y la fortaleza financiera.
"Este año cerramos el trienio de inversiones y nos toca pensar en el que irá de 2024 a 2027, en el que apostamos por el crecimiento orgánico e inorgánico", ha dicho.
ATENTA A .PRAS PARA CRECER
En concreto, la compañía estará "atenta", según ha dicho, a las oportunidades que puedan aparecer de compañías competidoras con problemas de deuda y con activos que puedan ser interesantes para Miquel y Costas.
El futuro hombre fuerte de la compañía ha destacado que el objetivo es crecer en el mercado de los productos industriales (como el de las bolsas de té, que está impulsando el negocio desde 2012), aunque el papel que fabrican para el tabaco todavía supone el 60 % de las ventas -eran el 75 % hace 15 años- y es responsable del 75 % de la rentabilidad.
Los productos industriales, con artículos como las pajitas de papel, suponen ahora un 30 % de las ventas y el 10 % restante corresponde a otras líneas de negocio.
La última operación inorgánica que llevó a cabo la compañía fue la compra en 2018 de la fábrica de Clariana en Vila-real (Castelló), donde se produce papel especial de colores como el que se utiliza para imprimir las papeletas de las elecciones al Senado.
Precisamente, el grupo papelero ha avanzado que aspira a hacerse con contratos para distribuir a las imprentas de toda España 1.300 toneladas de papel para los próximos comicios generales, de las 3.000 toneladas que estima se necesitarán.
EL NEGOCIO RECUPERA LA RENTABILIDAD EN 2023
En la junta general de accionistas, la compañía someterá además la aprobación de las cuentas de 2022, en las que las ventas crecieron un 12 % hasta los 337,2 millones de euros como consecuencia de la actualización de los precios a los clientes, aunque el beneficio neto cayó un 37,7 % hasta los 31,6 millones, por la escalada de precios de la energía y las materias primas.
Pese a los problemas de 2022, la firma ha aumentado un 40 % su beneficio en el primer trimestre de este año hasta los 11 millones gracias a la moderación de la inflación y el grupo prevé recuperar sus niveles de rentabilidad a finales de año.
Mercader padre, que seguirá siendo el principal accionista de la firma, ha destacado que deja la empresa, que cuenta con cerca de 900 trabajadores y 8 plantas, en una situación de "tesorería limpia".
El veterano empresario ha asegurado que los miembros del consejo de administración y afines, que controlan algo más del 50 % del capital de la compañía, no tienen "ningún interés en vender nada a ningún precio".